¿Qué papel juega la tecnología en conseguir instituciones/ciudades/industrias más eficientes energéticamente hablando? ¿Cuáles son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
Juega un papel de protagonismo absoluto. La tecnología impulsada por empresas e instituciones que son capaces de identificar como retos para el siglo XXI la reducción de emisiones, la aplicación de tecnologías energéticas que permitan el autoconsumo y el aprovechamiento de los recursos naturales de forma renovable y circular depende de los desarrollos tecnológicos que seamos capaces de implementar.
¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías eléctricas tradicionales en esa transición energética?
Sí, creo que estamos en un momento clave para la transición energética y el papel de las compañías energéticas, tradicionales y no tradicionales, es fundamental. Van a ser el canal de transmisión de los compromisos internacionales vehiculados a través de protocolos como el de París, en los que la descarbonización y la transición hacia una economía libre de CO2 es el objetivo prioritario. Por lo tanto, creo que estas compañías son las que deben liderar la implementación de tecnologías más eficientes que cumplan con los parámetros de sotenibilidad ambiental y económica que permitan una competitividad clara de los continentes que son el motor de la economía mundial.
¿En qué situación de concienciación cree usted que se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?
Yo creo que muy alta, si tenemos en cuenta de que son conocedoras de los plazos que la propia que la Unión Europea, dentro de ese liderazgo que se ha autoimpuesto en la lucha contra el cambio climático, establece. 2050 es la fecha límite, pero los plazos ambiciosos de la UE con respecto a este tema nos imponen unos ritmos mucho más avanzados que en otros continentes.
¿ A que retos se enfrenta el sector tecnológico y el sector industrial?
Al reto de ser capaces de vehicular, como he dicho, esos compromisos internacionales de lucha contra el cambio climático, llevándolo a cabo de manera que no se sacrifique ni la competitividad, ni la productividad, ni el empleo, ni el modelo industrial y socioeconómico que tiene implantado la OCDE.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Me gustaría ver a España siendo exportadora neta de energía verde y siendo un modelo mundial de transición energética en el que los combustibles tradicionales se van hibridando con otros combustibles, siendo capaces de convivir en periodo en el que se pueda garantizar un modelo de transición justa.
Un Estado que sea capaz de implementar redes de transporte lo suficientemente amplias y eficientes para dar capacidad de salida a toda esa generación energética verde que nuestro viento, nuestra agua y nuestro sol son capaces de proporcionar.
FAEPAC
Presidente
