¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
Este es un momento crucial en la transición energética, ya que hoy en día se ha tomado conciencia de que las energías usadas hasta ahora se están agotando o se encuentran controladas por gobiernos autoritarios con los que es difícil negociar. Esto ha hecho que la ciencia se haya puesto a trabajar a marchas forzadas para obtener energía de otras fuentes, como puede ser el hidrógeno con sus pilas de hidrógeno. Sobre el papel que las compañías energéticas tradicional juegan en esa transición, parece obvio decir que: si las tradicionales compañías no impulsan el cambio es difícil poder dar el salto a la velocidad que actualmente se necesita.
El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?
La tecnología es fundamental en este sentido, ya que el desarrollo de nuevos materiales, nuevas formas de construir y de optimizar el consumo energético, hacen que los Smart Buildings sean parte del futuro en la construcción.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
Los retos a los que se enfrenta el sector tecnológicos son clave y cambiaran la forma en la que actualmente se está trabajando, comenzando por el desarrollo de la industria del microchip en Europa, que generará una nueva industria con trabajos muy cualificados, la industria aeroespacial, a la que cada vez más se le está dando un verdadero impulso y que generará, también, empleo de muy alta cualificación. Todo ello lleva a la generación de un nuevo tejido industrial, más especializados y con mayores previsiones de crecimiento y , sobre todo, que nos pueda dotar en Europa de una mayor soberanía tecnológica e industrial.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Para poder lograr un despliegue eficiente de las tecnologías, sería necesario involucrar a todos los actores implicados. Comenzando por el más importante: la educación y la formación permanente. El complejo y cambiante mundo que nos rodea nos obliga a: aprender, desaprender y reaprender a velocidades vertiginosas, lo que redunda en un mercado laboral muy dinámico al que hay que intentar aproximar la cualificación a las necesidades del mismo, que son las claves del despliegue eficiente de las tecnologías. Además se debería contar con un plan estratégico realista y que se impulse desde los organismos públicos, dando soporte en aquellos puntos en los que el despliegue pueda ser más vulnerable.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Lo ideal sería ver una España menos dependiente energéticamente de terceros, ya que se cuenta con el potencial de las energías renovables y con una clara planificación para seguir avanzando en la mejora de las nuevas tecnologías que actualmente se están empleando, como la industria del hidrógeno, en la que España cuenta con empresas pioneras a nivel mundial.