Pero este crecimiento de la especie, y de sus condiciones de vida, ha encendido todas las alarmas de la capacidad de nuestro planeta para su mantenimiento. Y no sólo en lo que respecta a la emisión de gases de efecto invernadero, sino al ritmo de utilización de recursos naturales y a la generación de residuos que ocasiona un elevado impacto sobre el planeta que habitamos.
La solución la tenemos nosotros como especie: reside en la capacidad y en la inteligencia del ser humano para inventar y adaptarse. El desafío de esta nueva revolución industrial “verde” consiste en desplegar toda la inteligencia que nos ha hecho llegar hasta aquí para conseguir mantener las condiciones y calidad de vida, procurando el desarrollo de aquellos países que aún no la han alcanzado, y mejorando la eficacia de los procesos en marcha. Estos avances tecnológicos, estratégicos y políticos deberán encaminarse a un uso racional de los recursos y a la vez a una reducción de los residuos: gaseosos (disminución de emisiones), líquidos (mejora de la depuración y regeneración) y sólidos (aumentando el reciclaje). Avances que deben ser asumibles por la sociedad, dejando al margen los dogmatismos, la política del miedo y la ideología en una materia que únicamente requiere ciencia, audacia y acuerdos estratégicos.
En el Gobierno de la Comunidad de Madrid tenemos muy claro que la Administración debe actuar como un acelerador y nunca como un freno. Sabemos que hay que reducir las trabas administrativas y los tiempos. Y entendemos que, sobre todo, debemos aplicar el realismo, la ciencia y la neutralidad tecnológica para diversificar las soluciones que harán viable este cambio.
En la Comunidad de Madrid apostamos por una economía que genere empleo y cuide el medio ambiente, apoyándonos en un elemento diferenciador que une todas las transformaciones: el modelo verde y digital. El elemento necesario que hace converger todas las transformaciones en este patrón de éxito es la integración de “lo verde” en el ámbito económico.
En nuestra región estamos desarrollando nuevos proyectos en alianza con las empresas, que deberán cumplir con los ODS desde el respeto a las buenas prácticas y a la transparencia; estamos impulsando la Economía Circular con la nueva Ley de Economía Circular de la Comunidad de Madrid; apostamos por la racionalidad y la reutilización de los residuos en nuevos recursos; promovemos el autoconsumo, desde el ahorro y la eficiencia; contamos con alternativas de movilidad baja en emisiones; y disponemos del gran río de Madrid, que es el Canal de Isabell II, una empresa pública ejemplar en la gestión del ciclo integral del agua, nuestro recurso más preciado y necesario, y que aporta a nuestra región los recursos hídricos y la capacidad de depuración de los grandes ríos que han visto crecer las principales capitales europeas.
Es imprescindible que trabajemos todos unidos, con las administraciones liderando todos estos cambios, para garantizar una transición energética razonable técnicamente y equilibrada desde el punto de vista económico; una transición que mejore la competitividad y la eficiencia.
Por eso, la “Guía de Referencia Smart Energy Tecnología para la mejora de la eficiencia energética”, dedicada al análisis de las buenas prácticas, las soluciones, los proveedores y las tendencias en 2024 es un instrumento muy necesario para hacer llegar a la ociedad los importantes avances en esta transición energética y digital. Una transformación que tendrá que llegar a todos los hogares y deberá implicar a toda la sociedad.