¿Cómo percibe el nivel de conciencia en empresas y entidades públicas en torno a la eficiencia energética? ¿Cree que la sostenibilidad está convirtiéndose en un factor competitivo y de responsabilidades clave?
España no solo está en condiciones de asumir ese liderazgo, situándose a la vanguardia de los retos que marca el Pacto Verde Europeo, sino que la situación geopolítica actual marca la Sostenibilidad como una necesidad de primer orden. La soberanía energética a través del impulso de las energías renovables garantiza relativizar la dependencia de terceros países, a la par que forja una cadena de valor sujeta a menores vaivenes en el contexto internacional, ya que, precisamente, el núcleo de generación de esa eficiencia debe situarse en nuestro país.
Aunque el grado de conciencia va aumentando, debemos ser conscientes del real significado de la expresión “transición energética”, con idea de seguir apostando por la investigación y desarrollo en tecnologías no aún maduras, compatibilizando soluciones de transición.
A día de hoy, resulta relevante que la Sostenibilidad no solo se ha convertido en un factor competitivo económico, sino asociado a un impacto no financiero responsable con nuestro entorno, al mejor acceso a financiación y, muy particularmente, a la atracción y fidelización de talento.
¿Qué proyecto reciente de su organización considera más innovador en eficiencia energética? ¿Qué papel desempeñaron las tecnologías y la colaboración entre sectores en su éxito?
Los proyectos de Navantia en eficiencia energética se están multiplicando tanto desde la perspectiva de los procesos productivos como en clave de productos y servicios. Todos ellos no solo mejoran el impacto ambiental, sino que tienen un claro impacto económico en un mejor comportamiento a largo plazo en cuanto a gestos de mantenimiento.
Podría destacar varios, pero, por su reconocimiento a nivel nacional, podemos señalar que Navantia acaba de ser galardonada el pasado mes de octubre con el premio a la Excelencia en Proyectos en la categoría Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), otorgado por la Asociación Española de Dirección e Ingeniería de Proyectos (Aeipro), por el Gemelo Digital de Planta de la ría de Ferrol. El Gemelo Digital de Planta replica las instalaciones físicas y recoge datos en tiempo real de los centros de transformación de los astilleros, centralitas contraincendios, redes de suministros de gases y fluidos o estaciones meteorológicas. Permite prever problemas, planificar tareas y construir escenarios más eficientes, constituyendo el paradigma de la integración de la tecnología para alcanzar soluciones sostenibles.
El Gemelo Digital de Planta es la mejor expresión de la dirección de Navantia en su compromiso con la eficiencia energética y la Sostenibilidad.
Como líder, ¿cómo impulsa la transformación hacia una mayor eficiencia energética dentro de su organización? ¿Qué rol juega otros líderes en este cambio, ya sea en instituciones o empresas?
El liderazgo comienza por tener un propósito, una coherencia de acción con el mismo y tener un Equipo motivado, ilusionado y comprometido como el que tengo la suerte de contar en Navantia.
Desde la perspectiva de los procesos productivos, mantenemos reuniones mensuales en el grupo de trabajo de gestores energéticos, en el que participa gestión industrial, los gestores energéticos designados por los mismos, así como la Dirección de Sostenibilidad, que se encarga de su coordinación. En dicho foro ponemos encima de la mesa las iniciativas tanto a nivel corporativo como a nivel de astillero, valoramos las mejores prácticas internas y externas, hacemos seguimiento a las auditorías energéticas y demás instrumentos de los sistemas de gestión asociados a los mismos.
Asimismo, las unidades de negocio se erigen en garantía de que nuestros productos integren la eficiencia energética como distintivo de calidad, ofreciendo un rendimiento superior gracias, entre otras razones, a una optimización del consumo energético.
Finalmente, nuestra presencia en diversas institucione europeas y españolas, a todos los niveles, nos permite integrar y avanzar en las mejores soluciones disponibles en el mercado.
Esta forma de trabajar en equipo es indispensable para que los objetivos de descarbonización que nos hemos marcado sean una realidad tangible a corto y medio plazo.
¿Cómo afronta el sector industrial la descarbonización? ¿Cuáles son las barreras principales para implantar procesos más sostenibles?
Hay tres palabras claves para responder a la primera pregunta. Primero, colaboración, ya que la neutralidad climática en 2050 será un mero brindis al sol si las empresas no colaboran entre sí, si no hay una apuesta por las sinergias hacia un futuro sostenible; segundo, compromiso, que se materializa no solo con objetivos ambiciosos, sino por una apuesta constante de colaboración público-privada en clave de I+D+i y de impulso a las PyMES; y, en tercer lugar, pragmatismo; ser conscientes de la transición energética, su tempo y su necesaria acomodación al contexto geopolítico en el que nos desenvolvemos, sin perder de vista otros elementos de la Sostenibilidad ambiental, que interoperan en esta materia: economía circular, adaptación al cambio climático, mejora de la biodiversidad o lucha contra la contaminación.
Las principales barreras se mueven en clave interna y externa. Interna, si se sigue teniendo la visión clásica de la Sostenibilidad como gasto y no como inversión. Externa, porque sin perjuicio de los necesarios ajustes para la optimización de nuestro entorno regulatorio, ante la situación geopolítica de Estados Unidos y China en esta materia podría existir la tentación de variar el rumbo que hemos marcado. Tengo una gran esperanza en el proyecto de la Unión Europea para, a través de las lecciones aprendidas y el enfoque necesario, liderar la transición energética en clave de ventaja competitiva y riqueza a todos los niveles: económico-financiera no solo para el sector industrial, de empleo y de mejora de nuestro entorno.