“Vamos tarde, pero vamos”. La frase de uno de los participantes resumió el espíritu del desayuno-coloquio celebrado el 26 de junio en Sevilla, organizado por la Plataforma enerTIC. Allí se dieron cita representantes de la agroindustria, alimentación, automoción, transporte, química, farmacéutica, aeroespacial, defensa, construcción, infraestructuras, logística y retail, junto a compañías energéticas, tecnológicas y administraciones públicas. El objetivo: analizar los retos de la industria andaluza y compartir soluciones para mejorar su eficiencia, competitividad y sostenibilidad en un entorno cada vez más exigente.
Entre los asistentes estuvieron representantes de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Huelva, Aucorsa, Grupo Cuerva, Grupo Migasa y Sando, así como las Universidades de Almería y de Sevilla. El coloquio contó, como patrocinadores, con Ayesa, Getronics y el Grupo Etra.
El coloquio comenzó con un diagnóstico compartido: la falta de inversión en infraestructuras y un marco regulatorio obsoleto están frenando la electrificación de la economía y el despliegue de energías renovables. “Tenemos leyes del siglo XX para problemas del XXI”, se escuchó durante la sesión, señalando la necesidad urgente de modernizar la red de transporte y distribución eléctrica para atender la creciente demanda de la industria y cumplir con los objetivos europeos de descarbonización.
Ante este panorama, Sergio Arjona Jiménez, viceconsejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, presentó varias medidas orientadas a agilizar trámites y reducir la burocracia. Entre ellas, la eliminación de la figura de la Jica y la implantación de una autorización ambiental simplificada que reducirá los plazos a 4-5 meses, así como la incorporación de metodologías ágiles (LINE) para acortar los tiempos de tramitación en más de un 50 %. Además, anunció avances en digitalización de la gestión ambiental con proyectos como Redian y Claudia, que permitirán el acceso en tiempo real a indicadores ambientales y facilitarán los informes sectoriales a promotores y empresas.
La digitalización fue uno de los grandes temas del coloquio. Se destacó la implantación de la automatización en procesos industriales y el avance progresivo de la inteligencia artificial. Según los participantes, la IA está revolucionando el mantenimiento predictivo, los diagnósticos y la gestión de activos, permitiendo reducir tiempos de inactividad y optimizar la producción. Sin embargo, también se reconoció que su madurez en la industria andaluza aún es baja, con barreras como la resistencia al cambio, la necesidad de formación y los retos éticos y de gobernanza de los datos.
Otra de las tecnologías con alto potencial es el gemelo digital, capaz de simular procesos, detectar anomalías y predecir impactos antes de que ocurran, así como el IoT para la recopilación de datos en tiempo real. Estos desarrollos se consideran claves para aumentar la eficiencia energética y reducir la huella ambiental, dos prioridades que la industria comparte con el tejido social y político andaluz.
En el ámbito energético, se habló del autoconsumo fotovoltaico con baterías como vía para reducir la dependencia de la red eléctrica, aunque aún resulta costoso y requiere incentivos. También se destacó el papel de las centrales reversibles y las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), que pueden funcionar como “baterías naturales” y generar energía mientras tratan residuos, representando ejemplos claros de economía circular y soluciones sostenibles para el territorio.
El encuentro puso de manifiesto la importancia de retener talento cualificado, en un contexto en el que las nuevas generaciones priorizan la calidad de vida, la flexibilidad laboral y los proyectos motivadores frente al salario puro. La brecha digital y la desconexión entre universidad y empresa son dos problemas detectados, y se abogó por una formación continua que prepare a los profesionales para un mercado cada vez más digitalizado y competitivo.
Entre las conclusiones finales, se subrayó que la colaboración público-privada es la única vía para acelerar el cambio que Andalucía necesita. “El dato debe matar el relato”, afirmó uno de los asistentes, insistiendo en la necesidad de fundamentar las decisiones en información real, no en percepciones. También se remarcó la urgencia de aumentar las inversiones en electrificación de redes y de adaptar la normativa al ritmo de la industria para no quedar descompasados.
Aun así, el mensaje final fue optimista: Andalucía tiene una gran oportunidad si sabe conjugar su calidad de vida con la inversión y la creación de empleo cualificado. Un reto colectivo en el que la energía, la tecnología y una administración más ágil serán determinantes para construir una industria más fuerte, sostenible y competitiva en el nuevo mapa económico global.