El primer objetivo en el desarrollo de una organización hacía la Industria 4.0 (aunque pueda parecer ambicioso) es la consecución de una eficiencia operacional cuantitativa mediante el uso racional de activos, la reducción de costes operacionales y la mejora de la productividad, es decir, buscar una justificación basada en resultados.
Para conseguirlo hay que establecer unos pilares de desarrollo robustos, tanto en las tecnologías de infraestructura como en todos los procesos relacionados con la Ciberseguridad. Los dos conceptos están directamente relacionados con la eficiencia que nuestra organización va a conseguir mejorar a medida que los vaya adaptando y perfeccionando. Su desarrollo erróneo generará costes e ineficiencia difícilmente cuantificables. Respecto al primero, la gran revolución tecnológica que se está desarrollando alrededor del IoT (Internet of Things) hace necesario estudiar con detenimiento los estándares y soluciones que mejor se adecúan a cada organización.
En cuanto a la Ciberseguridad es imprescindible contar con una planificación estratégica de Ciberseguridad Industrial partiendo de la normativa y buenas prácticas existentes y disponiendo de un conocimiento específico para identificar nuestros riesgos, protegernos ante ellos detectándolos lo antes posible y respondiendo proactivamente.