La reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM) es un prestigioso acontecimiento que a lo largo de varias décadas no ha dejado de atraer a los principales líderes empresariales del mundo, a jefes de estado y a personalidades eminentes, a la estación de esquí de Davos en Suiza. ABB es un colaborador estratégico, ya que tanto su CEO Ulrich Spiesshofer como su presidente Peter Voser y otros miembros de la alta dirección, están compartiendo sus experiencias en el evento que se celebró entre el 17 y el 20 de enero.
Este año, el FEM en su reunión anual dio la bienvenida, por primera vez, al jefe de estado de China, y para subrayar la importancia del papel que ABB desempeña en este país, en la semana del Foro tuvo lugar una reunión entre Ulrich Spiesshofer y el presidente de China Xi Jinping, y por otra parte, una delegación comercial china visitará la sede de ABB en Suiza.
El eje central de la participación de ABB en el FEM 2017 es un acto celebrado el día 18 de enero en Davos con la participación de Ulrich Spiesshofer y David Autor, un profesor de economía en el MIT (instituto tecnológico de Massachusetts), que es una autoridad en el impacto de la tecnología digital en los puestos de trabajo. El tema de evento es “liderazgo y empleo en la era de la revolución digital”. ABB cree que la digitalización es beneficiosa para la humanidad, ya que mejora la productividad, mitiga los efectos del cambio climático y mejora la calidad de vida. El rápido ritmo del cambio puede ocasionar la pérdida de ciertos puestos de trabajo, pero se crearán otros nuevos y otros más cambiarán.
En distintos artículos académicos, David Autor ha escrito que tras los 200 años que la tecnología lleva sustituyendo puestos de trabajo, sigue habiendo muchos otros disponibles. Afirma que los temores actuales de desaparición masiva de puestos de trabajo no tienen en cuenta la capacidad humana de innovar sin límites y sin desfallecer. Por ejemplo, se temió que la introducción de los cajeros automáticos en la década de 1970 diera lugar a la eliminación de los cajeros humanos. La realidad es que la cantidad de estos últimos creció, a medida que la automatización y la informática abarataron la apertura de nuevas oficinas, e hicieron posible que el personal se ocupase de nuevas tareas. Sin embargo, aunque la automatización y la tecnología crean riqueza y oportunidades, advierte de que las instituciones deben decidir la forma en que esa riqueza se distribuye en la sociedad.
ABB es un líder mundial en automatización y robótica; ambas tecnologías son vectores clave de la cuarta revolución industrial. Todo ello conducirá a la creación de más puestos de trabajo, no a su reducción: los países con mayor densidad de robots (tales como Japón, Alemania o Corea del Sur), también tienen los menores índices de desempleo. En China, donde ABB vendió recientemente su robot número 50.000, la automatización se está generalizando para contrarrestar la enorme disminución de la fuerza de trabajo que se producirá en las próximas décadas.
Dando ejemplo, ABB está gestionando de forma proactiva su organización interna para hacer que esté preparada para el futuro. La formación en tecnologías digitales se ha adaptado para cubrir las necesidades nuestra fuerza de trabajo multigeneracional. Se está incrementando la formación en robótica y automatización, y mantenemos fuertes lazos con universidades para asegurarnos de que atraemos a los mejores talentos.
La cuarta revolución industrial supone una oportunidad sin precedentes de mejorar el mundo y de alcanzar el objetivo de la ONU de erradicar la pobreza extrema antes de 2030. Para lograrlo, tenemos que seguir avanzando; por ello ABB, en el FEM 2017, muestra su liderazgo responsable y comprometido de cara a la revolución tecnológica que se avecina.