El proceso de descarbonización, en respuesta a la emergencia climática mundial, exige un nuevo modelo energético más eficiente y un aprovechamiento óptimo de los recursos. Originar el menor impacto posible sobre el planeta es ya una de las ambiciones corporativas de las organizaciones líderes. En este sentido, la digitalización de la energía es una palanca fundamental para lograr que las empresas puedan alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y reducir su huella de carbono