El 2016 comienza con un cambio de panorama debido a la introducción del Real Decreto (56/2016) por el que se transpone la directiva del Parlamento Europeo (2012/27UE) en lo relativo a eficiencia energética. El decreto recientemente publicado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo establece que todas las grandes empresas (más de 250 trabajadores o un volumen de negocio de más de 50 millones de euros y un balance general superior a 43 millones de euros) deberán realizar una auditoría energética cada cuatro años.
En el tejido empresarial español vemos cómo de la misma manera que hay algunas empresas que llevan tiempo concienciadas de la necesidad de apostar por la eficiencia energética y se han adelantado a la norma buscando certificaciones de distintos organismos internacionales, existen también empresas que han sido sorprendidas por la obligatoriedad de los nuevos requisitos y buscan en el ejemplo de otras emprender los primeros pasos en esta dirección.
El Informe del Observatorio de Eficiencia Energética «Adecuación de la empresa española al RD 56/2016 relativo a la eficiencia energética», elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad con la colaboración de Creara, ha contado con la participación de 40 empresas que operan en España, la mayoría de las cuales cumple las condiciones establecidas para verse afectadas por los requisitos del Real Decreto.
Conclusiones del Informe
Tras el análisis, se observa un gran interés por la eficiencia y la gestión energética. El 77% de las compañías ya realizaba algún tipo de auditoría energética con anterioridad al Real Decreto, y un 72% de las mismas había contratado empresas externas especializadas para realizarlas. Se refuerza este interés a su vez con la confianza que ponen las empresas al percibir en la eficiencia energética una herramienta de competitividad.
Las compañías reconocen como principales palancas que promueven la eficiencia energética: la concienciación sobre eficiencia energética (96%), la evolución y accesibilidad a nueva tecnología (91%), la existencia de legislación favorable (88%) y la existencia de ayudas públicas (72%).
Sin embargo, un 56% de estas mismas sociedades reconoce que la principal barrera con la que se enfrentan en el desarrollo de medidas de eficiencia energética es la dificultad de acceso a la financiación. Algunas empresas han manifestado que aún no se han visto beneficiadas por ninguna de las ayudas disponibles para la promoción de políticas de eficiencia energética.
Recomendaciones
Las empresas deberían definir una estrategia en materia de eficiencia energética que esté ligada a los objetivos del negocio. Acompañando a esta medida, se propone que las empresas designen un gestor energético, siendo fundamental para aquellas empresas que quieren apostar por una gestión integral de la energía.
La nueva orientación hacia la eficiencia debe estar reforzada por un lado internamente, a través de la formación interna esencial para poder promover un cambio cultural a todos los niveles de la organización y para incorporar criterios de eficiencia en las relaciones contractuales con sus proveedores. Externamente se debe ofrecer información al consumidor sobre el nivel de eficiencia energética del servicio o producto que se ofrece, para que se tome conciencia de su importancia y repercusión en el ciclo de vida del mismo.
Es clave que las empresas perciban las exigencias introducidas por el Real Decreto como una inversión que permita capturar oportunidades de ahorro.
Descarga el Informe del Observatorio de Eficiencia Energética