Te despiertas por la mañana y un robot pone en funcionamiento la cafetera y te envía el calendario del día a tu coche para que éste establezca las rutas más cortas que debe tomar ese día para que llegues a tiempo a todas tus citas.
Aunque pudiera parecerlo, no se trata del guion de una película de ciencia ficción sino de la visión que los investigadores del MIT (Massachusets Institute of Technology) tienen de cómo deben ser los automóviles y la interacción humano-máquinas del futuro.
«En general, todo lo que nos rodea es cada vez más inteligente», explica Brian Williams, profesor de aeronáutica y astronáutica en el MIT. «Estamos tratando de que la gente pueda interactuar con estos sistemas cada vez más autónomos de la misma manera que lo harían con otro ser humano”.Por ello, Williams y el estudiante Peng Yu están trabajando en un algoritmo que es similar a los que se ejecutan en los vehículos autónomos, como el coche sin conductor de Google. Sin embargo, el objetivo en este caso es que los automóviles y los robots convencionales puedan trabajar juntos para planificar rutas y horarios.
El sistema utiliza la tecnología de reconocimiento de voz para que el conductor explique su agenda diaria. El sistema entonces utiliza mapas digitales para crear un plan para que el usuario pueda llevar a cabo todas sus tareas y citas en el periodo de tiempo especificado, pudiendo incluso sugerirle al usuario cancelar tareas que podrían provocar que el horario no se cumpliera.
«Nuestra tecnología ve el proceso de colaboración como un problema de diagnóstico», añade Williams. «El algoritmo se da cuenta de por qué el plan de viaje no funciona y cuáles son los motivos que causan este error para explicárselo al usuario. Si al usuario no le gusta la alternativa propuesta por el coche puede proponerle una nueva solución al sistema. Hay un diálogo de ida y vuelta hasta que el algoritmo encuentra algo que satisfaga las necesidades del cliente y que el coche sabe que realmente se puede hacer».Los investigadores también están investigando para ver si el algoritmo puede trabajar con el plug-in de los vehículos eléctricos e híbridos. Y es que muchas persona aún no se atreven a usar estos automóviles por la llamada “ansiedad de autonomía”, es decir, el temor a quedarse sin carga fuera de casa o lejos de un punto de recarga.
Mediante el uso del sistema del MIT, los conductores podrían dialogar con el coche para planificar su horario y su ruta, asegurándose así de que no se quedan sin carga en un momento inadecuado.