El horizonte final de la tan mencionada digitalización de la empresa y la industria pasa por la automatización de procesos productivos gracias a IoT. Internet de las Cosas representa una de las mayores disrupciones en todos los sectores desde la Revolución Industrial por su capacidad de transformar completamente los modelos de negocio. Un cambio de tal envergadura que en muchos casos genera recelo y desconfianza. Aun así, un 95% de las empresas de transporte y logística declaran haber aumentado su inversión en IoT, un 97% de las empresas del sector público aumentó el número de dispositivos conectados y el 93% de las empresas de energía aumentó el número de proyectos de IoT en los últimos meses.
El futuro pasa por la gestión de información de maneras que hasta ahora no eran posibles y la sensorización permitirá realizar esa articulación. Como ejemplo, mientras que a día de hoy utilizamos un vehículo menos del 5% de las horas del día, en el futuro dicho vehículo podrá ser utilizado durante prácticamente el 100% del tiempo. Esto ocurrirá gracias a que la sensorización de la ciudad, los vehículos y del resto de elementos del entorno permitirá crear un ecosistema inteligente que será capaz de evaluar el mejor uso de todos los recursos disponibles. Si esta situación ya se vislumbra en un futuro próximo en una ciudad, el impacto será aún mayor dentro del entorno industrial.
Si atendemos a los beneficios puramente industriales, las nuevas soluciones conectadas varían desde la automatización de la cadena de suministro a la reducción de gastos de explotación, pasando por optimizar el uso de activos y vehículos, desarrollar nuevas categorías de productos y mejorar la seguridad y protección. Pero no nos quedemos ahí, la clave es explorar nuevos ámbitos donde la tecnología pueda crear nuevas formas de relacionarnos con el entorno y para eso es imprescindible detectar qué puntos de bloqueo o retos afronta la industria en la que se pretende actuar. Tan sólo son necesarias dos cosas: poner a disposición de los usuarios un ecosistema adecuado y aplicar creatividad para ver las cosas desde un nuevo punto de vista.
La mayoría de gigantes de la electrónica lleva tiempo tomando posiciones en este ecosistema. Samsung anunció en agosto que invertirá 22 MM$ en investigación sólo para aplicaciones IoT, AI y 5G. Microsoft adquirió hace años la firma italiana Solair que ofrece software y hardware que permite a las empresas sincronizar dispositivos inteligentes con Internet y Cisco llegó a invertir 1,4 MM$ en la plataforma de servicios Jasper Technologies en 2016.
Operadores como Vodafone, hace tiempo que ponen a disposición de sus clientes globales sus Plataforma IoT que ofrecen la capacidad de administrar la conectividad IoT, gestión de dispositivos y habilitación de aplicaciones de forma centralizada. Además, Vodafone ha evaluado cada tecnología LPWA en desarrollo y tomó la decisión de focalizarse en con NB-IoT, como se explica en el Withepaper “Narrowbad-IoT: Pushing the boundaries of IoT.”
NB-IoT es un estándar 3GPP de grado industrial estrechamente relacionado con la tecnología LTE. Como resultado, se puede implementar en casi todas las estaciones base LTE y Vodafone prevé tener cubierta prácticamente toda su red para 2020. La mayoría de los dispositivos tiene una vida de 10 años sin cambio de batería, pueden enviar información hasta a 10km de distancia y tener un precio irrisorio por unidad permitiendo además conectar millones de elementos con la aparición en escena de la tecnología 5G.
Por último, otro de los aspectos a tener en cuenta en este ecosistema es la seguridad. La seguridad en este caso es una cuestión de equilibrio: proteger la información de la organización y, al mismo tiempo, dejar que esta siga funcionando. El equipo de seguridad tiene que tener una mentalidad abierta y saber que IoT debe enriquecer a la organización, no frenarla. La relación entre los equipos de proyecto y la seguridad será por tanto más estrecha que nunca.
Las bases están sentadas y sólo el futuro dirá qué nuevos desarrollos y formas de entendernos con el entorno van a surgir. Toca ahora esperar o tomar una posición de avance y formar parte de ese futuro en el que ya estamos actuando.