Articulo
06 noviembre 2018

Electric Mobility: La apuesta por un nuevo ecosistema de negocios

La movilidad eléctrica es una realidad pero sin duda aún presenta algunos retos para cubrir las expectativas de los consumidores. La innovación tecnológica será clave para romper estas barreras, facilitando la entrada de nuevos actores, agilizando el despliegue de la infraestructura requerida y ayudando a construir una propuesta de valor que se integre al resto de servicios en el entorno de los clientes.

Los consumidores actuales están influenciados e impulsados por una mayor conciencia sobre el medioambiente y un sentido de pertenencia a la “filosofía verde”. Las nuevas generaciones buscan productos y servicios que impacten positivamente y ayuden a resolver las problemáticas sociales y medioambientales.

El transporte terrestre es una de las actividades que más contribuyen a la generación de gases de efecto invernadero (GEI), por lo que la movilidad eléctrica está siendo adoptada por un importante número de consumidores y se espera que ésta crezca de forma acelerada en los próximo 10 años. Es así que se prevé que para el año 2025 los vehículos eléctricos rebasen el 15% de la cuota total de mercado y que para el 2030, ésta se duplique con una proyección del 30%.

La movilidad eléctrica comprende un nuevo ecosistema con distintos modelos de negocio, donde tanto empresas tradicionales de movilidad y energía como nuevos actores, están buscando generar ofertas de valor. Los modelos de negocio incluyen principalmente productos y servicios orientados a los propietarios de vehículos eléctricos, el despliegue y aprovechamiento de la infraestructura necesaria para suministrar energía y el surgimiento de nuevas alternativas de movilidad en formato de pago por uso.

En cuanto a oferta de productos y servicios, las comercializadoras eléctricas son quienes lideran el desarrollo y comercialización con foco en los propietarios de vehículos eléctricos. La gama de ofertas cubre desde la instalación de puntos de recarga en los hogares hasta la contratación de planes de consumo con tarifas preferentes de energía renovable. La tecnología juega un rol central en la nueva oferta comercial, ya que a través de ésta se busca ofrecer aplicaciones de control y monitorización de la recarga, buscando la máxima eficiencia en el consumo energético.

Adicionalmente, garantizar el origen verde de la energía es un factor diferencial cuya importancia irá en aumento, no sólo por un sentido de coherencia sino porque el mercado percibe la sostenibilidad como un atributo intrínseco a la movilidad eléctrica.

Otro modelo de negocio en importante crecimiento es el de la movilidad en formato de pago por uso. Los consumidores actuales valoran más el acceso a los servicios y el poder experimentar distintas experiencias que la propiedad de los mismos. En este sentido, la movilidad eléctrica ha encontrado una estrategia de mercado que permite vivir la experiencia a miles de usuarios por unos cuantos euros.

Tan solo en ciudades como Madrid, la movilidad compartida en vehículos eléctricos ronda ya los 400.000 usuarios. En estas ciudades, los usuarios hacen uso no sólo de coches y motocicletas eléctricas, sino de medios alternativos de movilidad como los patinetes eléctricos que comienzan a inundar las ciudades y los parques.

Finalmente, es fundamental hablar sobre la infraestructura. En las grandes ciudades Europeas, hasta 80% del parque de vehículos privados “duerme” en la calle. Es por eso que uno de los mayores retos para la adopción acelerada de los vehículos eléctricos es el despliegue de la infraestructura de recarga necesaria para cubrir la demanda de energía. Sin duda uno de los mayores retos en este sentido es lograr un equilibrio entre la inversión en nueva infraestructura y la generación de un mercado de movilidad que la demande. Países como España y Portugal apenas superan en conjunto los 6.500 puntos de recarga, mientras que países como Francia y Alemania cuentan con una infraestructura más madura, que superas los 20.000 puntos de recarga lo largo de sus territorios.

Para acelerar el despliegue de esta infraestructura, no sólo las eléctricas y las grandes superficies comerciales han optado por instalar su propios puntos de recarga, sino que también las grandes compañías petroleras están aprovechando la capilaridad de sus estaciones de servicio para colocar puntos de recarga y así tomar ventaja en un mercado emergente que eventualmente reemplazará su negocio tradicional.

La movilidad eléctrica es una realidad pero sin duda aún presenta algunos retos para cubrir las expectativas de los consumidores. La innovación tecnológica será clave para romper estas barreras, facilitando la entrada de nuevos actores, agilizando el despliegue de la infraestructura requerida y ayudando a construir una propuesta de valor que se integre al resto de servicios en el entorno de los clientes.

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Lucio Arrizabalaga Álvarez
Manager Utilities de everis