Entrevista
13 noviembre 2018

Entrevista a Antonio Ortín (GRUPOETRA): Representante del proyecto finalista «NOBELGRID: revolucionando la smart grid europea a partir de un smart meter de nueva generación»

La tecnología es un facilitador esencial. Por una parte es imprescindible para conocer –medir- el estado actual de aquello que se quiere gestionar, y por otra para identificar patrones y oportunidades de mejora y realizar el seguimiento de las actuaciones. Es necesaria tanto en acciones locales (edificios, infraestructuras, etc.), como también en actuaciones globales (‘esmartificación’ de la grid, incorporación del vehículo eléctrico, despliegue de esquemas de autoconsumo, virtual power plants (VPP), balanceo de cargas que dé estabilidad a la red, etc.



¿Está España preparada para para cumplir con los retos del Horizonte 2030?

Mejor preguntarse si España está preparada para aprovechar las oportunidades que Horizonte 2030 ofrece. Pensamos que sí, pero es necesario un esfuerzo concertado entre el sector privado y la administración. No sólo está en juego la transición energética en España, sino el fortalecimiento de un sector industrial tecnológico que pueda competir y aprovechar oportunidades a nivel internacional. La tecnología va por delante y los proveedores de tecnología han abierto un camino al que se van sumando las empresas usuarias según van viendo las ventajas que pueden obtener. La administración se mueve más despacio, pero tiene una gran capacidad de acelerar el proceso, tanto a través de una legislación que favorezca la transición energética como en su papel de ‘early adopter’ de la tecnología.

¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios/instituciones/ciudades/industrias/centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?

La tecnología es un facilitador esencial. Por una parte es imprescindible para conocer –medir- el estado actual de aquello que se quiere gestionar, y por otra para identificar patrones y oportunidades de mejora y realizar el seguimiento de las actuaciones. Es necesaria tanto en acciones locales (edificios, infraestructuras, etc.), como también en actuaciones globales (‘esmartificación’ de la grid, incorporación del vehículo eléctrico, despliegue de esquemas de autoconsumo, virtual power plants (VPP), balanceo de cargas que dé estabilidad a la red, etc.

Como ejemplos de tendencias clave podríamos apuntar el despliegue de contadores “realmente inteligentes” –a diferencia de los actuales que se limitan a ser digitales-, como por ejemplo el SLAM de ETRA, o la explotación del círculo virtuoso formado por autoconsumo, tecnologías de almacenamiento y vehículo eléctrico.

El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?

Los smart buildings son un ejemplo de lo que pueden aportar las tecnologías, al ser un ‘ecosistema autocontenido’, más fácil de gestionar que un barrio o una ciudad. La tecnología nos permite desde conocer en tiempo real la situación del edificio –consumos, costes, KPIs de todo tipo…-, de modo que podemos gestionar más fácilmente la operación de los diferentes subsistemas –desde la regulación de iluminación y HVAC hasta las placas fotovoltaicas de la cubierta o los puntos de carga de vehículo eléctrico que existan-. Esta capacidad de medición y gestión nos permite evaluar el impacto de las medidas adoptadas y, en definitiva, mejorar la usabilidad, confort y personalización de los diferentes espacios del edificio. Adicionalmente, podemos disponer de un gateway entre el conjunto del edificio y la smartcity, consiguiendo explotar sinergias entre las instalaciones del edificio y la smartgrid de la ciudad.

¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?

Los retos tecnológicos e industriales están interrelacionados, ya que las restricciones del mercado condicionan el despliegue de las tecnologías y viceversa. Por una parte resulta importante consolidar la incorporación de renovables al pool, así como empoderar al consumidor a la hora de tomar sus decisiones, de forma que se facilite la contratación de un mix energético más sostenible. En este sentido, temas como el autoconsumo, el almacenamiento, el acceso al mercado o las VPP resultan clave. Para responder a estos retos, tecnologías como BI, Big Data, Blockchain o AI pueden resultar determinantes.

¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC?

Para ETRA el sector energético y, en particular, las tecnologías que facilitan el proceso de transición energética, resultan un área estratégica.

En la actualidad tenemos en marcha más de 10 proyectos I+D+i de Horizonte 2020 en el sector de la energía, que totalizan un presupuesto de más de 100 millones de euros –no en vano ETRA está en el top 1% de empresas más innovadoras de Europa-. Algunos ejemplos de interés son los proyectos NOBELGRID, WISEGRID o CROSSBOW. Toda esta ingente labor de desarrollo de tecnología está llegando al mercado en forma de nuevos productos que están siendo muy bien acogidos. Como ejemplo de nuevos productos y soluciones de ETRA basados en tecnologías avanzadas, podemos citar BESOS (gestión eficiencia energética en edificios y autoconsumo), HELIOS (gestión de eficiencia del alumbrado público), HELIOS R (gestión de plantas de producción de renovables), GIC (plataforma de gestión de recarga de vehículo eléctrico), y el SLAM (smartmeter de nueva generación).

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Antonio Ortín
DG de ETRA I+D y Director Corporativo de Desarrollo de Negocio Tecnológico de GRUPOETRA