1. Quién considera está impulsando más la adopción de tecnologías más eficientes: ¿Gobierno, proveedores de tecnología, empresas usuarias…? ¿Cuáles son las principales barreras?
En ese aspecto es importante destacar que todos los actores juegan un papel clave y que el trabajo hacia un modelo energético más eficiente y apoyado en la tecnología necesita de la participación de todos los actores implicados. Sin duda, del Gobierno – en todos sus niveles – que debe ofrecer un marco de relación y un conjunto de incentivos estables que permita tomar decisiones a todos los implicados, incluidos los usuarios finales.
Evidentemente, es importante mantener determinados programas de apoyo para la “reconversión” energética. La Universidad se benefició en su momento de programas que no han tenido continuidad o no con el recorrido que hubiera sido deseable, y que nos permiten ser hoy líderes mundiales en eficiencia energética en nuestro sector. Por otro lado, la alianza entre empresas de sectores TIC y empresas proveedoras de energía es fundamental, en un mundo donde los datos y su análisis son una pieza fundamental para las mejoras de eficiencia. Y finalmente, no hay que olvidarse de los usuarios y otros actores.
La Universidad, en este terreno, puede actuar como un verdadero catalizador: como usuario, pudiendo ser un centro de demostración de las tecnologías existentes para el resto; como empresa proveedora de investigación e innovación en estos sectores; y como impulsora de estrategia de sostenibilidad que pueda desarrollarse en el futuro y que afecte al conjunto de los ciudadanos.
2. Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética.
Considerando el ahorro y la eficiencia energética, podemos decir que en el año 2005 la Universidad de Alcalá logró estabilizar el consumo, y desde el año 2006 en adelante, ha ido experimentando una reducción del mismo como consecuencia de la implantación de actuaciones de ahorro y eficiencia energética, entendiendo que la energía más sostenible es la que no se consume.
Recientemente, hemos firmado con Ferrovial Servicios S.A. un proyecto global e integrado de la iluminación interior de los edificios e instalaciones de la UAH y de la red viaria de su campus externo, que supone la mejora de la eficiencia energética en el ámbito de la iluminación, así como la reducción del consumo de energías, y/o la implementación de instalaciones de producción de energía, para venta o autoconsumo. Este proyecto contribuye, asimismo, a la reducción de los costes de energía para la universidad.
El resultado ha sido un contrato a 12 años que moviliza más de 7 millones de euros de aportación privada financiados, básicamente, en el ahorro que se consiga en el consumo energético. Cuando todas las acciones estén desplegadas al 100 por 100, se conseguirá un ahorro de 3,9 mKh por año y más de 200.000 euros anuales directos en ahorro para la Universidad, a lo largo de los 10 años de vida del proyecto.
3. ¿Qué protagonismo han tenido las TIC y cuales considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
La monitorización es fundamental para alcanzar el ahorro y la eficiencia energética. En la Universidad Alcalá nos hemos dotado de dos plataformas independientes y complementarias. Una plataforma web de gestión energética, que identifica el origen y el comportamiento de los consumos y permite, además, actuar sobre los elementos inmóticos, y otra plataforma web de gestión de infraestructuras, que aborda la gestión de incidencias y averías, identificando ahorros y anomalías de la factura.
Estas y otras acciones nos han llevado a implantar un Sistema de Gestión de la Energía (SGEn) ISO 50001 para toda la iluminación, siendo la primera universidad española que ha conseguido dicha certificación. Actualmente, estamos trabajando en la certificación ISO 14001, que expresa cómo establecer un sistema de gestión ambiental (SGA) efectivo.
4. ¿Qué papel deben tener las universidades en este ámbito?
Las universidades, consecuentemente con nuestra función de generar y difundir el conocimiento a la sociedad y, especialmente, a las futuras generaciones de ciudadanos, debemos no solo dar a conocer las recomendaciones en materia de desarrollo sostenible sino, también, ser en ejemplo de institución sostenible integrando en nuestra actividad diaria estrategias de gestión eficiente y sostenible de los recursos disponibles.
Nuestros avances en temas energéticos nos han distinguido como una de las universidades más sostenibles del mundo. En el conocido ranking GreenMetrics, que elabora la Universidad de Indonesia, la Universidad de Alcalá siempre ha estado entre las 40 mejores universidades del mundo, siendo la séptima en el indicador de eficiencia energética. Asimismo, Coolmyplanet, una organización sin ánimo de lucro con sede en San Francisco, que promueve la concienciación medioambiental y la reducción del impacto climático, considera a la Universidad de Alcalá como la 3ª universidad más sostenible del mundo, lo que nos anima a seguir por este camino.
Desde que se instauró el programa de calidad ambiental apostamos por la eficiencia energética y las renovables como elemento de demostración: profundizamos en los aspectos de ahorro y gestión, hemos introducido la tecnología y la innovación en una gestión estratégica de la sostenibilidad energética, y hemos instaurado un modelo de gestión y mejora continua tendentes a monitorizar y certificar nuestras políticas de eficiencia.
Disponemos de una instalación de generación de energía (Trigeneración) en la Escuela Politécnica Superior, que además de aprovechar los gases generados por los motores para la climatización (tanto de calefacción como de refrigeración), ha producido y vertido a la red eléctrica más de 3GW desde su puesta en explotación. Asimismo, tenemos la instalación geotérmica más importante de un edificio público en Madrid, el Edificio Polivalente de Química, que es la mayor infraestructura de estas características en una universidad europea. Por otro lado, se ha realizado un esfuerzo muy significativo en aumentar nuestro parque de energías renovables; no en vano, disponemos de estaciones de carga eléctricas y solares, para vehículos eléctricos, y de postes de “gasoneras”, es decir, surtidores para vehículos que funcionen con gas.
5. ¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
El cambio climático es un hecho. España es un país muy vulnerable y, por tanto, es necesaria una actuación inmediata. El compromiso con el acuerdo de París nos exige una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero del 20% para el año 2020 con respecto al año 1990, y para el 2030, una reducción del 40%. Esto ha provocado unos importantes cambios en el modelo energético y todos debemos ser responsables de esta mejora.
La Universidad de Alcalá fomenta desde hace unos años la compensación de su consumo, tanto de electricidad como de gas. Desde 2010 toda nuestra energía eléctrica procede de fuentes renovables (y así está certificada) y, en el caso del gas, desde el año 2016, todas las emisiones procedentes de nuestro consumo son compensadas por parte del suministrador. Del mismo modo, mediante el cálculo de la huella de carbono hemos podido identificar dónde podíamos reducir nuestras emisiones y, sin duda, la eficiencia energética ha sido uno de los mejores caminos para alcanzar este objetivo.