¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios / instituciones / ciudades / industrias / centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito? La tecnología desempeña un papel esencial a la hora de lograr la eficiencia energética de edificios, ciudades e instalaciones pues está presente de múltiples formas y, en todas, aporta elementos de mejora.
Por ejemplo, la tecnología es esencial en la investigación de materiales para cuya fabricación se requieren menores materias primas y menores cantidades de energía. Materiales que, a su vez, tienen mejores características y propiedades desde el punto de vista energético (son mejores conductores, mejores aislantes o pueden ser reciclados).
Del mismo modo, la tecnología está presente, de forma cada vez mayor, en todos los aspectos relacionados con la gestión y mantenimiento de los edificios y las ciudades. La sensorización de los espacios físicos a través del Internet de las cosas (IoT) nos permite capturar una información valiosísima en cuanto al comportamiento de estos y en cuanto a la utilización de los servicios por parte de los usuarios.
Y, además, de nuevo mediante el uso de la tecnología de Big Data, podemos utilizar toda la información capturada por dichos sensores no solo para entender qué está sucediendo en nuestros edificios o ciudades sino para poder predecir qué va a suceder e incluso, prescribir las mejores decisiones en cada escenario.
Todo ello nos permite, por ejemplo, adelantarnos a las necesidades energéticas y pode r ajustar los recursos de manera cada vez más precisa.
Desde mi punto de vista, las tendencias más relevantes en este ámbito pasarán por incrementar el despliegue de sensores y actuadores conectados, la definición de nuevos casos de uso analíticos y la automatización de procesos que permitan tomar decisiones en tiempo real.
El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?
Dentro del vertical de Smart Buildings la eficiencia energética juega un papel principal por los beneficios que aporta a múltiples niveles como son el ahorro de costes, la mejora de la experiencia de los usuarios de los espacios o la reducción del impacto ambiental. Y en todos estos niveles la tecnología es un factor predominante pues permite llevar la eficiencia a un nivel superior.
Para entenderlo adecuadamente, debe tenerse en cuenta que la eficiencia energética no es tanto un objetivo puntual como un cambio en las metodologías de gestión y para lograr dicho cambio, primero debe conocerse la situación de partida para, a continuación, poder tomar las medidas necesarias.
En este sentido, alcanzar la eficiencia energética requiere desplegar soluciones de telemetría que monitoricen de manera constante y precisa los diferentes espacios dentro de un edificio, así como soluciones de telegestión, que permitan automatizar la gestión de los sistemas (luz, sonido, temperatura, etc).
Por encima de esa capa, las tecnologías de procesamiento masivo de datos como el Big Data o la Inteligencia Artificial aportan componentes adicionales que permiten desarrollar casos de uso esenciales en materia de eficiencia como la predicción de la demanda, que permite anticiparse a las necesidades energéticas o la detección de anomalías, que ayuda a identificar comportamientos inusuales para su estudio y mejora.
Pero la función de la tecnología no termina en ese punto pues, los sistemas de control y gestión de los espacios de determinadas instalaciones se han convertido en elementos críticos y como tales, son susceptibles de ser atacadas por lo que la ciberseguridad es otra de las tecnologías que más valor aportan en este sentido.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
El sector tecnológico, como sector estrechamente ligado a la innovación, se enfrenta siempre a múltiples retos.
Los principales retos a los que se enfrenta el sector en estos momentos son tres: En primer lugar, comprender la nueva realidad. Como sociedad, nos encontramos en un momento de transición en el que aún no está claro cuál es la nueva definición de nuestra manera de trabajar, de relacionaros o de consumir y el sector tecnológico tiene el reto de acertar con las soluciones idóneas para una realidad en definición.
En segundo lugar, la captación y retención del talento. Hoy en día, la demanda de perfiles especializados en determinadas tecnologías supera con creces la oferta, lo que dificulta la labor de las empresas a la hora de encontrar dichos perfiles, así como para su retención el tiempo suficiente para el normal desarrollo de los proyectos.
Y en tercer lugar, la crisis de semiconductores está suponiendo importantes retrasos en el desarrollo de algunos proyectos clave que son intensivos en hardware, impidiendo así que las compañías pueda cumplir con sus ciclos normales de desarrollo y comercialización de producto, reflejándose su impacto de una manera clara en los ingresos y en sus roadmaps de desarrollo.
Por su parte, el sector industrial tiene como reto principal para los próximos años llevar a cabo una importante transformación de los modelos productivos que les permitan mantener e incrementar su competitividad en los mercados en los que ya están presentes y poder dar el salto a otros mercados en desarrollo.
Para ello, las compañías industriales deberán hacer frente el incremento de los costes energéticos, que afectan de manera directa a la rentabilidad de las cadenas de producción; costes de fabricación relacionados con la necesidad de cumplir con nuevos estándares de calidad o la mejora de los procesos logísticos que permitan cumplir con los compromisos de entrega a la vez que se reduce el impacto ambiental de las operaciones.
Lograrlo dependerá de que el sector sea capaz de implementar de manera adecuada tecnologías habilitadoras como, por ejemplo, a la robotización de los procesos, el despliegue de casos de uso basados en tecnología 5G o la monitorización y certificación de las cadenas de suministro a través del Blockchain; para lo cual, serán necesarias importantes inversiones económicas y la incorporación de perfiles especializados.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Desde mi punto de vista, lograr un despliegue eficiente de cualquier tecnología depende de cuatro factores diferenciados.
El primero de todos es, por su puesto, contar con la capacidad adecuada para desarrollar o fabricar los productos y servicios con la rapidez suficiente para dar respuesta a la demanda relacionada con dicha tecnología. Los clientes se desenvuelven en entornos muy competitivos que les obligan a estar en constante evolución. Por ello, si nuestra capacidad de producción se encuentra muy desalineada con la demanda, es altamente probable que dichos clientes busquen alternativas, aunque estas puedan ser menos ventajosas.
El segundo factor es tener la capacidad para hacer llegar dicha tecnología a quien verdaderamente la necesita de manera rápida y sencilla. Hoy no basta con ser capaces de fabricar en cantidades suficientes; los clientes internacionales demandan tener las tecnologías disponibles a nivel global y de forma homogénea lo que requiere tener capacidad de despliegue, soporte y mantenimiento en cualquier parte del mundo.
Otro de los factores que, sin duda es necesario para un despliegue eficiente de la tecnología es la reducción de costes, de manera que cualquier empresa sea capaz de acceder a la misma. De lo contrario, la tecnología quedará reservada únicamente para las grandes empresas con alto potencial económico, reduciendo así el número total de clientes y por tanto, haciendo menos eficiente el proceso de desarrollo de dicha tecnología.
Por último, uno de los factores que no podemos dejar de mencionar en relación con la eficiencia es la transformación cultural. Aún hoy, la inmensa mayoría de la tecnología que se implanta en las empresas requiere su aplicación y manejo por parte de personas y por tanto, la capacidad de adaptación de las mismas será clave para lograr que la adopción de dichas tecnologías sea rápida y adecuada.
¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
El Grupo Telefónica, a nivel global, está profundamente comprometido con la sostenibilidad y combatir la crisis climática. Para ello, estamos siempre atentos a todas las iniciativas internacionales en este sentido como la campaña “Race toz ero” de la ONU o la “Science Based Targets initiative (SBTi)” en la que participan la misma ONU junto con el WRI (Instituto de Recursos Mundial) y con WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza).
Algunas de las iniciativas que hemos desplegado directamente desde Telefónica en relación con nuestros servicios core son: sustituir el cobre por la fibra óptica, que es un 85% más eficiente energéticamente, adoptar el compromiso de utilizar siempre energía 100% renovable y cerrar las redes antiguas; lograr una red 5G que es un 90% más eficiente energéticamente que la 4G, permitiéndonos procesar más datos sin afectar el uso de la energía. Para lograr dichos objetivos, el Grupo Telefónica acaba de cerrar con éxito la emisión de su primer bono híbrido sostenible por importe de 1.000 millones de euros, el primero, además, del sector de las telecomunicaciones
Además, como he mencionado antes, en Telefonica Tech estamos desarrollando servicios para terceros que nos permiten ayudar a nuestros clientes en su propia carrera hacia la descarbonización. Gracias al Internet de las Cosas, Big Data, Inteligencia Artificial y Blockchain logramos conectar todo lo que nos rodea, analizar su comportamiento, mejora la eficiencia y la sostenibilidad en cualquier entorno permitiéndonos observar el comportamiento de todos los activos conectados, gestionarlos de manera remota y tomar mejores decisiones.
Todo ello, tiene un impacto directo en la reducción del uso de transportes, la vida útil de los dispositivos, la reducción en el uso de energía, el fomento de la economía circular, la reducción del consumo de agua y materias primas o el desarrollo de casos de uso avanzados como la implementación de gemelos digitales que permite ahorrar en procesos físicos, consumiendo menos energía y evitando emisiones de CO2.
Pero no nos limitamos únicamente a desarrollar las tecnologías, sino que nos esforzamos por trasladar esta información a nuestros clientes para lo que hemos creado el sello Eco Smart que identifica de forma sencilla cuales son los beneficios ambientales que aportan cada uno de nuestros productos y servicios a las empresas en cuatro ámbitos: reducción del uso energético, reducción del consumo de agua, reducción de emisiones de CO2 y economía circular.
Estos beneficios han sido verificados por Aenor para más de 100 productos y servicios de nuestro porfolio, de manera que todos nuestros clientes puedan conocer y obtener partido de los beneficios medioambientales que les aporta trabajar con el Grupo Telefónica.