¿Esta España preparada para para cumplir con los retos del Horizonte 2030?
España está en el buen camino de para poder alcanzar los retos del Horizonte 2030. Un hecho diferencial en esta dirección es que gran parte de los fondos europeos del plan de recuperación, transformación y resiliencia están orientados en alcanzar estos retos. Específicamente, aspectos que incluyen digitalización, energía, economía circular, agroalimentación, agua, entre otros.
La tecnología está disponible para alcanzarlos, pero el cambio que se pretende es profundo y quizás no se alcancen todos los objetivos previstos para esa fecha. No obstante, los objetivos están bien definidos y todos los pasos que se den en estas direcciones nos llevarán sin
duda a buenos resultados.
Sin embargo, algo que me preocupa y es la buena definición de los pasos para alcanzar los objetivos. Por ejemplo, no estoy seguro sobre cuál será el futuro de la automoción, claramente el modelo de combustión actual es insostenible, pero me pregunto si el coche eléctrico basado en el uso de baterías de litio es la solución. No obstante, lo que no podemos es no dar respuestas a la situación actual.
¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios/instituciones/ciudades/industrias/centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
La tecnología es fantástica y no para de crecer en la dirección adecuada. Actualmente permite el desarrollo de edificios, ciudades, industrias y centros de datos altamente eficientes desde un punto de vista energético, con reducciones de consumo muy elevadas respecto a construcciones realizadas pocos años atrás.
Prácticamente, es posible la construcción de edificios energéticamente autosuficientes, mejorar aspectos relacionados con el impacto energético y medio ambiental de muchas industrias, diseñar y ciudades o partes de ellas casi autosuficientes y mejorar el elevado consumo energético de los centros de datos.
Las tendencias actuales son evidentes y principalmente se centran en aspectos de energía, sostenibilidad en su concepto más amplio, agua y alimentos. Claramente todos ellos están interrelacionados y no se pueden abordar soluciones en un campo sin mirar al otro. Pero hay algo que no debemos perder de vista, y es que detrás de toda tecnología hay una ciencia fundamental que la originó, y que, para continuar avanzando, las futuras industrias se basarán en el desarrollo de la ciencia profunda que se está desarrollando en la actualidad, por lo que es fundamental cuidar este aspecto. Esto simplemente significa, buena financiación de la Ciencia Fundamental junto con la Aplicada.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
Son dos retos interrelacionados ya que sin una buena política nacional de desarrollo y transferencia de tecnologías va a ser imposible contar con un sector industrial competitivo y si el sector industrial no se acerca sin titubeos a las tecnologías desarrolladas por nuestros centros de investigación y universidades, estos van a estar muy lejos de esa industria.
Los retos están ya claramente identificados, por ejemplo: definir con precisión qué tecnologías tienen que ser desarrolladas en los centros de investigación y universidades, impulsar que los centros de investigación y universidades pongan la transferencia de tecnologías industriales como una prioridad indiscutible, y potenciar herramientas que aceleren los procesos de transferencia de tecnologías en estados de desarrollo bajos hacia productos comercializables.
En cualquier caso, no podemos olvidar la importancia de que las empresas industriales tradicionales adopten estrategias inequívocas de transición hacia nuevas tecnologías, que son las que están siendo desarrolladas en los centros de investigación y universidades. Si no hay tracción clara y bien definida por parte del sector privado el sector público se mueve a ciegas.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Existe una preocupante carencia de capacidades de gestión y organizativas en un amplio número de empresas españolas sin las que no es factible que las tecnologías sean parte del día a día de las empresas, lo que supone un lastre de nuestra economía en el panorama nacional. Probablemente haga falta un relevo generacional, o al menos de mentalidades, que abran camino en las empresas a personas con capacidad de conocer los procesos tecnológicos y que estas personas estén en los máximos organismos de decisión.
El sector público, aunque tiene mucho que mejorar, hace años que es capaz de poner encima de la mesa soluciones y desarrollos tecnológicos y necesita interactuar con más empresas que le vayan guiando hacia qué tipos de tecnologías necesitan. Podríamos mencionar aquí que el sector público debería poner más énfasis en la mejora de las patentes que genera, no tanto en cuanto al número de patentes sino en cuanto a su robustez comercial, así como dedicar más recursos a las personas y unidades administrativas encargadas de transferir tecnologías.
Quizás muchas empresas podrían aproximarse a conocer el sector del Science Equity que tiene profesionalizado el desarrollo de tecnologías para acercarlas al mundo empresarial, si bien tienen otros ejemplos al que acercarse en nuestro país para tener una foto completa de lo que supone incorporar tecnologías en un proceso empresarial.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Sin depender de suministradores de energía que sean de fuera de la Unión Europea.