1. ¿Qué papel juega la tecnología en conseguir instituciones/ciudades/industrias/centros de datos más eficientes energéticamente hablando? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
Los avances tecnológicos, tanto en la generación como en el uso de la energía, es hoy día la clave para la mejora del desempeño energético en todos los ámbitos de actividad. La transformación industrial que supone la denominada cuarta revolución industrial requerirá un importante esfuerzo de adaptación para las empresas, siendo la tecnología de las TIC para el control y seguimiento energético uno de los ámbitos de mayor relevancia. Esta adaptación, requiere asimismo un cambio en la manera en que se gestiona la energía.
2. ¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
La implantación de sistemas de gestión energética será uno de los elementos necesarios en esa nueva Industria 4.0, que necesita información precisa, y en tiempo real, de todas las variables que afectan a sus actividades para orientar de manera eficiente sus decisiones. Así, el control de los procesos se encuentra íntimamente asociado al conocimiento acerca de la energía que necesitan, y su optimización al mejor uso de sus recursos, incluidos los energéticos. Por su parte, en este entorno, la ciudadanía está llamada a jugar un papel cada vez más activo dentro del sistema energético y ello exigirá el despliegue de nuevos servicios energéticos en los que se fundamentará, en gran medida, ese nuevo “hogar inteligente”, basado en Internet of Things, la nube y el big data, elementos clave a que se debe enfrentar el sector tecnológico, que será igualmente una oportunidad para el mayor bienestar de las personas gracias a una energía más asequible. Las ciudades deben dar igualmente una respuesta adecuada a ese cambio de comportamiento en la ciudadanía y las empresas, que favorezca el alcance de cotas más elevadas de ahorro energético y que contribuya a una disminución de la contaminación y de los impactos ambientales causados por el sistema energético actual, mediante un mejor uso de la energía, el aprovechamiento de los recursos autóctonos y la eficiencia energética, para que se convierta en una opción y oportunidad en Andalucía.
3. ¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
Efectivamente, así se entiende a escala mundial, donde se han llevado a cabo ambiciosos acuerdos de protección ambiental, e igualmente a escala europea, con un nuevo impulso de la UE hacia esa Unión de la Energía que busca el liderazgo de Europa en la transición hacia una economía descarbonizada. Por su parte, las compañías tradicionales están llamadas a jugar un papel relevante en el desarrollo de las llamadas redes inteligentes en las ciudades. Estas nuevas redes eléctricas permitirán una comunicación digital bidireccional para el seguimiento y la gestión de la producción de electricidad, su distribución y consumo en una red eléctrica que integre las actuaciones de los usuarios conectadas a ella (productores, consumidores y quienes actúan en ambas calidades) con el fin de disponer de un suministro eléctrico más eficiente, más sostenible, más económico y de más calidad y fiabilidad.
4. ¿Considera estratégica la necesidad de reducir el consumo energético entre las empresas sector industrial? ¿Se han marcado una Plan con objetivos y tiempos para mejorar la eficiencia energética?
La Junta de Andalucía, a través de la Estrategia Energética de Andalucía 2020, viene desarrollando una política de transformación en materia de energía que abarca tanto al tipo de fuentes de energía usadas como la manera en que éstas se usan, marcándose ambiciosos objetivos a corto plazo, más allá de los establecidos a nivel nacional o comunitario. Esta Estrategia contempla entre sus prioridades la mejora energética de las empresas, y particularmente las del sector industrial.
5. ¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Desde luego, nos gustaría avanzar hacia un sistema energético más eficiente, diversificado y estable, basado en la eficiencia energética y el uso de las energías renovables. Este futuro sostenible se basará en sistemas de alta eficiencia de generación de tamaños modulares con capacidad para adaptarse a las distintas demandas existentes y basadas principalmente en el uso de fuentes renovables. Igualmente, jugará un papel esencial el almacenamiento de energía que permitirá una mejor gestión de la misma. Todo ello basado en sistemas de gestión y comunicación para conseguir un sistema inteligente, donde demanda, eficiencia y generación vayan de la mano. La movilidad eléctrica se debería usar masivamente, junto con nuevos carburantes, biocarburantes de segunda y tercera generación, basándose nuevamente en el aprovechamiento de las energías renovables.