1. ¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico en materia de eficiencia energética?
El reto principal es fomentar la ya conocida como “informática verde”, centrada en la reducción del consumo de los centros de datos, que son el principal foco de gasto energético en las TIC. Por otro lado, las grandes empresas están liderando una reducción de los equipos tecnológicos que usamos en el día a día (impresoras, pantallas de sobremesa, escáneres, etc.). Esto último no impacta en nuestra factura energética ya que el consumo es bajo, pero sí impacta directamente en las empresas productoras de estos equipos, por lo que hace más sostenible nuestro desarrollo.
Por otro lado, la aparición en los últimos años de conceptos tecnológicos como el Internet de las Cosas o el Big Data se han convertido en un soplo de aire fresco a la hora de plantear nuevas ideas y soluciones a las empresas que buscan ampliar sus acciones en materia de reducción de consumo energético. El reto en este caso es, sin duda, hacer que estas soluciones sean eficientes desde un punto de vista económico, garantizando un retorno de la inversión rápido, menor a 2 años. Algo que en muchas ocasiones no se consigue tan fácilmente como creemos.
2. Quién considera que está impulsando más la adopción de estas tecnologías: ¿Gobierno, proveedores de tecnología, empresas usuarias…?
La adopción de estas tecnologías que fomentan un consumo eficiente nace de un cambio fundamental en la industria: hemos pasado de un binomio cliente-proveedor a un binomio partner-partner. Al mismo nivel, el cliente y la proveedora TIC entienden cada proyecto de eficiencia energética como un reto a medio plazo, con el objetivo de poder encontrar una solución que garantice el retorno de la inversión inicial y, sobre todo, que los resultados sean sostenibles a lo largo del tiempo, y no solo válidos en el periodo inicial del proyecto.
3. ¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?
Conceptos como la eficiencia o la sostenibilidad tienen gran aceptación desde hace años en las empresas, pero sobre todo entre aquellas que tienen una Responsabilidad Social Corporativa madura, con un mensaje que ha calado en toda la estructura de la empresa, que propone y ejecuta acciones concretas. Podríamos decir que la concienciación es real pero la puesta en práctica es menor. Solo aquellas organizaciones que tienen el compromiso de ser eficientes por temas legales, por competitividad o por la regulación del mercado van más allá de la búsqueda del certificado, la obtención de una ISO o de la publicación de un protocolo de buenas prácticas.
Por otro lado, la forma de aplicar estas medidas realmente eficientes no tiene un roadmap claro, y, en mi opinión, hoy todos tenemos mucho que hacer para estandarizar nuestras políticas en materia de eficiencia energética.
4. ¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Diseñar un roadmap para implantar tecnologías que faciliten la eficiencia energética y la sostenibilidad puede comenzar a través de una simple pregunta: ¿Tengo identificada mi matriz de activos críticos ABC de mi industria? Esto nos permite a las empresas tecnológicas diseñar un plan de acción totalmente orientado a monitorizar, controlar, gestionar y estudiar los activos que realmente impactan en nuestra factura energética. Y por aquí encontramos la razón de ser del uso de nuevas tecnologías como el Internet de las Cosas o el Big Data.
5. ¿En las organizaciones qué actores encuentras implicados en temas de eficiencia energética (CIO, COO, CEO,…)?
Ahora mismo esta es la gran pregunta cuando hablamos de eficiencia energética e introducimos tecnologías como el IoT o el Big Data en nuestros clientes. Los proyectos de eficiencia energética se están convirtiendo en una palanca transformadora a nivel de negocio, tanto que por ejemplo va a ser uno de los pilares transformadores de un sector tan tradicional como el de la construcción residencial, donde por ejemplo se está introduciendo el uso de Passivhaus.
Aunque este tipo de proyectos los vemos tradicionalmente liderados por responsables de calidad, medioambiente, producción o mantenimiento, cada vez es más común ver la implicación y liderazgo de áreas como la tecnológica, los RR.HH. o las ventas.