1. ¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
En España contamos con recursos naturales suficientes como para imaginar un futuro energético renovable e independiente de otros países. Pero el modelo energético no sufrirá sólo una revolución en el lado de la generación sino que su infraestructura y su modelo de funcionamiento serán diferentes. Activos descentralizados, de generación y de almacenamiento, redes inteligentes, cargas conectadas y controlables, coches eléctricos… El número de actores se incrementará y lo más curioso, todo será más sencillo y automatizado, más eficiente y transparente.
Me gustaría ver un modelo energético sostenible, sencillo y transparente. La simplicidad será de vital importancia ya que el cliente se vuelve participante principal. La tecnología que tiene un papel facilitador, avanza muy rápido, dentro de un ecosistema complejo donde el cliente final tendrá en gran parte la llave y necesitará entender su papel y los beneficios de participar en este nuevo modelo del que será protagonista, no sólo como consumidor sino como agente activo del sistema.
2. ¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
Estamos en el inicio de la segunda revolución industrial del sector. En la primera revolución, la que supuso el inicio del sistema eléctrico, se buscaba llevar la electricidad a todos los rincones del territorio y para ello se desarrolló la infraestructura adecuada para un sistema centralizado con un modelo de operación sencillo donde pocos agentes participaban en la gestión del mismo. Desde que se consiguió ese primer objetivo, los esfuerzos se centraron en la búsqueda de eficiencias del modelo y su fiabilidad. Actualmente nos enfrentamos al inicio de la segunda revolución, donde los avances tecnológicos ofrecen soluciones que permiten reducir el impacto en el medio ambiente gracias a las tecnologías de generación renovables, además de conseguir eficiencias para el sistema gracias a tecnologías de generación distribuida o almacenamiento.
La transformación propia del sector combinada con la transformación digital que afecta a todos los sectores por igual, permite redefinir el modelo energético por completo haciéndolo más eficiente, sostenible y transparente.
Este es el principal reto para las compañías energéticas tradicionales que juegan un papel muy relevante. La adecuación de las infraestructuras para adaptarlas a las nuevas necesidades, la adaptación a los nuevos mercados de intercambio de energía, la gestión de los clientes más a allá de su vinculación al contador fijo de sus casas, la movilidad eléctrica, la integración del almacenamiento en el sistema, la agregación de pequeños productores, almacenadores o consumidores o la simplificación del acceso del cliente a este nuevo ecosistema… son algunos de los retos del sistema donde las compañías tradicionales juegan un papel prioritario y para lo que en algunos casos es necesaria la redefinición de su modelo de negocio.
3. ¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico?
En muchos casos la tecnología va por delante del negocio y los retos están más vinculados a la implementación y puesta en marcha en entornos reales de esas nuevas tecnologías, que al puro desarrollo de las mismas. En los últimos años, las compañías tradicionales han desarrollados sus propias soluciones basadas en el conocimiento de sus propios activos. En el contexto de la transformación digital los desarrollos tecnológicos van muy rápido y se llevan a cabo en cualquier lugar del mundo por expertos de diferentes ámbitos. El reto está en la apertura de los grandes agentes del sistema a probar esas tecnologías e integrar de manera rápida aquellas que tengan sentido.
4. ¿ Quién considera está impulsando más la adopción de estas tecnologías: ¿Gobierno, proveedores de tecnología, empresas usuarias…? ¿Cuáles son las principales barreras?
Los compromisos adquiridos por los distintos organismos y gobiernos con la gestión del cambio climático han conseguido traer a la primera línea de debate la preocupación por los temas energéticos, lo que ha propiciado la aparición de distintas iniciativas que fomentan la aparición de nuevas tecnologías. Programas de innovación abierta, de aceleración de startups, programas de gestión de patentes en centros de investigación o ayudas públicas al desarrollo de proyectos con este fin como es el caso de los H2020… son algunos de los impulsores de las nuevas tecnologías. Estamos en una fase muy inicial y falta por afianzar estos modelos de colaboración una vez se haya visto el impacto positivo de los mismos. La colaboración abierta o la relación con startups implica muchos cambios en la cultura y procesos internos de las empresas y pueden ser barreras importantes de cara al impulso de esas nuevas tecnologías.
Desde everis, donde jugamos muchas veces un papel integrador de tecnologías de varios proveedores, facilitamos desde la identificación y el pilotaje de tecnologías maduras relevantes para una empresa concreta hasta la integración y escalado posterior limitando en todo caso el riesgo asociado a la innovación.
5. ¿Qué personas cree que deben estar implicadas en estos temas (CIO, COO, CEO,…)?
El cambio al que se está enfrentando el sector es de tal profundidad y tiene un potencial impacto tan relevante en toda la cadena de valor y por tanto en el negocio, que aunque en un primer momento se asocie el cometido a los departamentos de tecnología y al CIO, tiene un componente estratégico que lo hace relevante en la agenda del CEO. Son decisiones que transcienden a la pura tecnología y donde las empresas deben posicionarse de manera estratégica.
Digital Lead for Utilities and Energy
