Entrevista
25 octubre 2018

Entrevista a Iñaki Etxebarria Lekan

Estando como estamos inmersos en una verdadera Revolución Digital Mundial, el valor añadido de los datos y su automatización a tiempo real por fin nos otorgará el conocimiento empírico suficiente para tomar decisiones más acertadas en todas nuestras actividades.

En los próximos años, hemos de ser capaces de establecer el modelo necesario y la plataforma pertinente en todas nuestras organizaciones de manera que la operativa y el mantenimiento estén enfocados inequívocamente en perseguir las mayores dosis de eficiencia y eficacia y, por fin, una óptima eficiencia energética en todos nuestros procesos.

Nuestro planeta sigue necesitando que tomemos conciencia de lo poco que lo cuidamos. Ya no hay excusa para procedimientos asumidos desde legados obsoletos o falta de profesionalidad que fraguan, todavía hoy, nuevos procesos ineficientes.

Las empresas que no se hagan los deberes estarán pronto desnudas ante los datos y en ocasos de facturación que el mercado sabrá asignar a las menos eficientes, allá donde se escondan. La competitividad en la eficiencia será la siguiente asignatura que establecerá las empresas supervivientes en cada sector, y no por las consecuencias en costes, que también.



¿Esta España preparada para cumplir con los retos del Horizonte 2030?

Es sumamente curioso y preocupante que esta pregunta sea pertinente, como lo es, a finales de 2018 y con unos compromisos adquiridos hace ya XX años. España se defraudaría como sociedad si no lo estuviera o si acabara no siendo capaces de llegar a la fecha con los objetivos cumplidos.

En esa carrera contra reloj, las administraciones deben ser el ejemplo a seguir, activando las palancas necesarias para cumplir con el reto y enseñando el camino a las entidades que puedan no tener los recursos para tomar las decisiones más oportunas.

Bilbao, quizás históricamente más centrada en el desarrollo económico que en la optimización energética, lleva años trabajando esta área y está preparada para asumir con valentía decisiones que, una vez más, la situarán entre las ciudades líderes, también en el cumplimiento de los retos del Horizonte 2030.

¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios/instituciones/ciudades/industrias/centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?

Es fundamental adoptar la tecnología para mejorar en la eficiencia energética. Si de las personas dependiera, tras generaciones de “derroche” energético, no conseguiríamos cumplir con el reto. Los procesos de automatización de la toma de decisiones a tiempo real y en función del histórico de los datos y de las condiciones concurrentes, nos permiten adelantarnos y optimizar el rendimiento energético a corto/medio plazo.

El (esperemos que) inminente establecimiento generalizado de los Smart Grids en nuestras metrópolis y zonas de máximo consumo eléctrico, junto con la (deseable) adopción de modelos en los que el estudio de las inminentes necesidades eléctricas intradía puedan disponibilizar (y abonar, esperemos) potencia distribuida existente, allí donde haga falta, generará un cambio de paradigma con el que los grandes costes de producción y transporte eléctrico se podrían ver alegremente reducidos. Para entusiasmo de todos los miembros de la ecuación y siempre que ninguno de ellos pretenda buscar, una vez más, el “sopas y sorber”.

¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?

Así lo considero. La ciudadanía es cada vez más consciente del daño que la ineficiencia energética genera en nuestro planeta y no está dispuesta a premiar comportamientos pasados con contratos. Las compañías energéticas han visto ese camino de oportunidad y, cada vez más, se posicionan en mercados de energía verde, eco-energy, etc.

Las energéticas más valientes en captar ese tipo de consumo, siempre y cuando no se hagan trampas en el solitario y sean leales al compromiso adquirido con sus clientes, dispondrán de un segmento del mercado específicamente dotado para la supervivencia empresarial.

Como ejemplo, aunque en otro mercado, la reciente crisis de confianza con respecto a las emisiones de los vehículos VW es un ejemplo en ese sentido. Además de las multas, ¿cuántos millones de euros en ventas le habrá costado a VW no cumplir noblemente con la confianza depositada por el mercado? ¿Qué demonios podría hacer VW en los próximos 20 años para recuperar el segmento del mercado que cree sinceramente en la reducción de emisiones? Dudo de que fuera siquiera posible.

El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?

La tecnología lo aporta casi todo. Pero ahora hacen falta ganas.

Llevamos unos 500.000 años valiéndonos de la combustión para alimentarnos y para calentar e iluminar nuestras moradas, luego comenzamos a usarla también para la industria, “recientemente” para el transporte… Ya va siendo hora de que desterremos la ineficiente combustión de nuestra vida. Es el avance humano que más daño le está haciendo a este, hace tiempo ya, superpoblado planeta.

La tecnología nos ha traído avances que incluso eliminan la necesidad de la combustión en muchos ámbitos de la vida. Además de proveernos de esquemas mucho más eficientes en la producción, transporte, uso o incluso mantenimiento energético. Asumamos esos modelos, alejémonos de la combustión y acerquémonos a estrategias de mayor eficiencia energética.

En la edificación, por ejemplo, el control de la infiltración y la optimización de la producción y distribución de frío/calor es clave en cualquier edificio inteligente de hoy en día. Además, la tecnología nos ha traído también avances como la geotermia, por ejemplo, que reduce enormemente el consumo energético durante toda la vida útil del edificio. Con un COP instantáneo de más de 20 para determinados periodos de GeoCooling, la eficiencia de la geotermia destroza el COP de aquellas primeras fogatas que nuestros antepasados homínidos usaron como método de calentamiento…que no llegarían a superar el 0,25 (por poner una cifra).

¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?

Me gustaría creer que la mejora de la eficiencia energética de los últimos 10 años hubiera sido fruto de ese compromiso 2030 y de la concienciación. Pero me temo que, en realidad, ha sido la crisis generalizada la que ha obligado a las empresas españolas a ponerse las pilas, con el claro objetivo de reducción de costes.

Ahora debe llegar, irremediablemente, la siguiente derivada; la verdadera concienciación. Y la tenemos que liderar desde las personas, provocando con nuestros hábitos de consumo y nuestra mejor arma, nuestros contratos y pedidos, que las empresas se identifiquen con nuestra visión.

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