Entrevista
15 octubre 2018

Entrevista a Olga Núñez, Directora de Digitalización de Enagás

Uno de los mayores desafíos social y medioambiental que tiene el planeta en este momento es la lucha contra el cambio climático. Las empresas, como parte de su aporte de valor a la sociedad, deben colaborar en el cambio de modelo que nos dirija hacia una economía que deje de estar tan apalancada en los combustibles fósiles.

Considera estratégica la necesidad de reducir el consumo energético entre las empresas sector industrial. ¿Se han marcado una Plan con objetivos y tiempos para mejorar la Eficiencia Energética?

Uno de los mayores desafíos social y medioambiental que tiene el planeta en este momento es la lucha contra el cambio climático. Las empresas, como parte de su aporte de valor a la sociedad, deben colaborar en el cambio de modelo que nos dirija hacia una economía que deje de estar tan apalancada en los combustibles fósiles. Este proceso de descarbonización ya es una realidad y Enagás está trabajando en proyectos para posicionarse en la transición energética gracias a su experiencia como líder en sostenibilidad.

Enagas tiene objetivos anuales de intensidad energética en cada una de sus infraestructuras y también objetivos plurianuales que permiten avanzar en esa senda de reducción en tres grandes ámbitos de actuación: la reducción del consumo eléctrico, la reducción del consumo de gas natural y la generación de energía eléctrica aprovechando la energía residual de nuestra actividad.

¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?

Dentro de la transformación digital que está acometiendo Enagás consideramos que la tecnología es una palanca perfecta para aumentar la sostenibilidad y eficiencia de nuestras infraestructuras. Impulsar la integración efectiva de TI (tecnologías de la información) / OT (tecnología operativa) es fundamental para permitir que los datos y las operaciones estén sincronizados y lograr resultados operativos excelentes y un mayor rendimiento futuro.

Anticiparse, tomar decisiones en base a datos e información mejor explotados, y no sólo ser reactivos a la hora de ser eficientes, sino anticiparse con modelos predictivos y simulaciones, calculando eficiencias energéticas no sólo en la operación y el mantenimiento de los activos sino también en fases anteriores de la construcción de estos, son algunas de las acciones que estamos acometiendo.

También estamos trabajando en el fomento del uso de energías que ayuden en la descarbonización, por ejemplo, preparando nuestra red de gasoductos para transportar gas renovable (biogás/biometano, hidrógeno), o liderando el proyecto de I+D ‘Renovagas’, junto a otras compañías y organismos, que basado en la tecnología Power to Gas, aprovecha excedentes de energía eléctrica de origen renovable para producir hidrógeno.

¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?

Desde la transformación digital entendemos que la tecnología es un facilitador para el cambio, y como tal, en ella nos apoyamos. Para que de verdad se maximice su potencialidad hay que poner a la persona en el centro. Que la tecnología facilite la experiencia de empleado, cliente o stakeholder, pero que no sea el driver del cambio, sino la palanca o habilitador. Sólo así conseguiremos que se adopte y cambiaremos las formas de trabajar hacia el objetivo final, que en este contexto pueden ser la eficiencia energética o la descarbonización.

¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?

Nosotros vemos dos líneas de actuación claras en las que se debe trabajar en los próximos años: la lucha contra el cambio climático y la mejora de la calidad del aire, y pasan obligatoriamente por asegurar una transición energética, mejorando nuestro modelo energético que nos lleve a una economía baja en carbono que nos garantice la sostenibilidad a largo plazo.

Esta transición energética ya ha comenzado y es un proceso imparable. No obstante, hay que hacerla de manera progresiva, sin saltarse etapas, con un camino bien trazado y garantizando la seguridad de suministro energético. Esta transición no puede hacerse a cualquier precio. Si el coste es muy alto, será más lenta y afectará a la competitividad del sector.

Nosotros consideramos que el gas tiene que jugar un papel fundamental en el proceso de descarbonización debido a su flexibilidad, competitividad y bajas emisiones. En esta línea, creemos en la utilización de las redes gasistas para transportar gas natural y gas renovable sin que esto suponga un coste relevante en infraestructuras.

Actualmente, las únicas energías que podemos considerar como “renovables no eléctricas” y por las que Enagás está apostando son los gases renovables, generados a partir de energías renovables (hidrógeno, biogás/biometano), que contribuyen al desarrollo de una verdadera economía circular ya que son el resultado de una valorización adecuada de los residuos.

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Olga Núñez
Directora de Digitalización de Enagás