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21 junio 2019

La Comisión Europea destaca la amplitud de las medidas de España para llegar a una economía neutra en carbono en 2050, tras el examen del plan nacional para la energía y clima

En su evaluación del borrador del Plan Nacional para la Energía y Clima de España, la Comisión destaca que está desarrollado con la mirada puesta en una economía neutra en carbono para 2050. Al tiempo que cubre todas las dimensiones, el borrador es especialmente amplio tanto en los objetivos, como en las contribuciones y en las políticas y medidas para lograr la descarbonización, incluyendo las dimensiones de las energías renovables y de la eficiencia energética
  • Recoge que un mayor nivel de interconexiones será esencial para la integración de España en la Unión de la Energía
  • En materia de seguridad energética, califica como muy ambicioso el objetivo de reducción de la interdependencia en un 59 % para 2030

La Comisión publicó el 18 de junio su evaluación de los proyectos de planes presentados por los Estados miembros para alcanzar los objetivos de la Unión de la Energía y, en particular, los objetivos acordados de la Unión en materia de energía y clima para 2030.

En su evaluación del borrador del Plan Nacional para la Energía y Clima de España, la Comisión destaca que está desarrollado con la mirada puesta en una economía neutra en carbono para 2050. Al tiempo que cubre todas las dimensiones, el borrador es especialmente amplio tanto en los objetivos, como en las contribuciones y en las políticas y medidas para lograr la descarbonización, incluyendo las dimensiones de las energías renovables y de la eficiencia energética. Sin embargo, la Comisión destaca que una economía neutral en carbón debe sostenerse sobre políticas igualmente ambiciosas en material de seguridad del suministro, dimensión del mercado interior, investigación y desarrollo y competitividad. Por ejemplo, en materia de seguridad del sumistro, la Comisión considera que el objetivo de reducir la dependencia energética en un 59 % para 2030 resulta muy ambicioso, teniendo en cuenta que actualmente la dependencia es del 74 %. En el caso del mercado interior de la energía, las interconexiones deben jugar un papel esencial como parte de la estrategia para una economía neutra en carbono. En este sentido, el nivel de España, con un 6 % de interconexiones está muy por debajo de la media de la UE.

Ver aquí análisis del Plan español.

En líneas generales, la Comisión considera que los planes nacionales reflejan ya esfuerzos significativos, pero señala varios ámbitos en los que aún existe margen de mejora, en particular por lo que respecta a las políticas específicas e individualizadas destinadas a garantizar el cumplimiento de los objetivos para 2030 y a mantener el rumbo hacia la neutralidad climática a más largo plazo. La Unión Europea es la primera gran economía que establece un marco jurídicamente vinculante para cumplir sus compromisos en virtud del Acuerdo de París, y es la primera vez que los Estados miembros preparan proyectos de planes nacionales integrados de energía y clima (PNEC). Sin embargo, dado que en los planes se prevén actualmente contribuciones insuficientes desde el punto de vista tanto de las energías renovables como de la eficiencia energética, la consecución de los objetivos generales de la Unión en materia de clima y energía requerirá un mayor grado de ambición colectiva.

Maroš Šefčovič, vicepresidente responsable de la Unión de la Energía, ha declarado: «Estos primeros planes nacionales de energía y clima trasladan la Unión de la Energía al ámbito nacional: al igual que la UE, todos los Estados miembros presentan políticas sobre el cambio climático y la transición energética de forma integrada y con una perspectiva de diez años. Todos los Estados miembros han elaborado proyectos impresionantes en un período de tiempo relativamente corto, pero ningún proyecto es perfecto. Los planes finales deben presentarse de aquí a finales de año y nuestras recomendaciones muestran qué aspectos requieren un mayor esfuerzo: por ejemplo, una mayor grado de ambición, políticas más detalladas, necesidades de inversión mejor especificadas o más atención a la justicia social. La claridad y la previsibilidad constituyen una ventaja competitiva real para la política europea en materia de energía y clima. En consecuencia, aprovechemos al máximo esta oportunidad y demos un impulso final contundente a los planes nacionales».

Miguel Arias Cañete, comisario responsable de Acción por el Clima y Energía, ha añadido: «El pasado mes de noviembre propusimos que la Unión Europea alcanzara la neutralidad climática para el año 2050. Hemos mostrado y liderado el camino hacia ese objetivo. Resulta gratificante ver que cada vez más Estados miembros se unen a nuestro esfuerzo y trabajan en pos de ese objetivo. Tras evaluar los proyectos de planes nacionales de los Estados miembros, tengo claro que se han realizado esfuerzos significativos. Sin embargo, los planes finales deben reflejar un nivel de ambición aún mayor para que la Unión encauce adecuadamente la lucha contra el cambio climático y la modernización de nuestra economía. Invito al Consejo a entablar un debate en torno a las principales prioridades definidas por la Comisión y a contribuir a que los planes finales reflejen un nivel de ambición adecuado».

La UE está decidida a cumplir sus compromisos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a suministrar a sus ciudadanos una energía segura, asequible y sostenible. Hemos creado un sistema único de gobernanza en materia de energía y clima en el que tanto la Unión como sus Estados miembros planifican juntos las medidas que nos permitan alcanzar colectivamente nuestros objetivos para 2030 y llevar a cabo una transición socialmente justa y rentable hacia una economía neutra desde el punto de vista climático de aquí a 2050.

En su análisis de los proyectos de planes nacionales, la Comisión examinó su contribución agregada al cumplimiento de los objetivos de la Unión en relación con la Unión de la Energía para 2030. En su forma actual, las contribuciones de los PNEC son insuficientes por lo que respecta tanto a las energías renovables como a la eficiencia energética. En el caso de las energías renovables, la insuficiencia podría ser de hasta 1,6 puntos porcentuales. En lo que concierne a la eficiencia energética, esa insuficiencia podría ser de hasta 6,2 puntos porcentuales (si se tiene en cuenta el consumo de energía primaria) o de 6 puntos porcentuales (si se tiene en cuenta el consumo de energía final).

La buena noticia es que los Estados miembros disponen ahora de seis meses para aumentar su nivel de ambición nacional. Las recomendaciones de la Comisión y las evaluaciones detalladas tienen por objeto ayudar a los Estados miembros a finalizar sus planes de aquí al final de 2019, y a aplicarlos eficazmente en los próximos años. Los planes nacionales deben aportar claridad y previsibilidad a las empresas y al sector financiero para estimular las inversiones privadas necesarias. Los planes facilitarán también la programación por parte de los Estados miembros de la financiación procedente del próximo marco financiero plurianual 2021-2027.

Próximos pasos

La legislación de la Unión sobre la Unión de la Energía exige a los Estados miembros que tengan debidamente en cuenta las recomendaciones de la Comisión o que, en caso contrario, hagan públicos los motivos por los que no las tienen en cuenta. De aquí al final de año, los Estados miembros también tienen que asociar al público en la preparación de los planes finales.

El plazo para la presentación de los planes finales concluye el 31 de diciembre de 2019. La Comunicación de la Comisión y las recomendaciones adoptadas hoy forman parte de un proceso de intercambio con los Estados miembros que garantizará que para entonces las versiones finales de los PNEC serán suficientemente detalladas, sólidas y ambiciosas.

La Comisión Europea, partiendo del excelente proceso de cooperación observado hasta la fecha, está preparada para apoyar a los Estados miembros en sus esfuerzos por finalizar sus planes nacionales de energía y clima de aquí al final de 2019.

Contexto

En virtud del nuevo Reglamento sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y la Acción por el Clima (parte del paquete «energía limpia para todos los europeos»), que entró en vigor el 24 de diciembre de 2018, los Estados miembros deben establecer un plan nacional de energía y clima para el período de diez años de 2021 a 2030.

Los Estados miembros tenían de plazo hasta el final de 2018 para presentar sus proyectos de PNEC, que posteriormente serían evaluados en profundidad por la Comisión. El Reglamento establece que si los proyectos de PNEC no contribuyen suficientemente a la consecución de los objetivos de la Unión de la Energía, de forma individual o colectiva, la Comisión podrá, antes del final de junio de 2019, hacer recomendaciones a los Estados miembros para que modifiquen sus proyectos de planes.

Los Estados miembros deberán presentar los PNEC finales para el período 2021-2030 antes de que finalice 2019.

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