Las mejoras en la eficiencia energética han permitido reducir el gasto en energía en 2014 en 550.000 millones de dólares (488.650 millones de euros) en los 29 países de la Agencia Internacional de Energía (AIE), anunció hoy ese organismo.
Si el cálculo se remonta a los últimos 25 años, esa cifra se eleva a 5,7 billones de dólares, más que el producto interior bruto (PIB) del año pasado de Alemania o Japón, añadió el organismo en su Informe de Mercado de Eficiencia Energética (EEMR) 2015.
Alemania es, de entre los integrantes de la AIE, el país que anotó el mayor ahorro de millones de toneladas equivalentes de petróleo (59), evitando un gasto de 30.000 millones de dólares (26.653 millones de euros).
Las mejoras en la eficiencia energética permitieron además a los países de la AIE evitar la emisión de 870 millones de toneladas de CO2, añadió el organismo, según el cual las inversiones al respecto se espera que crezcan en el futuro.
Su estudio apunta que las recientes reducciones de los precios mundiales del petróleo y regionales del gas han rebajado en «ciertos ámbitos económicos» el atractivo de invertir en eficiencia energética, pero no han tenido un impacto en el mercado.
El EEMR señala que las inversiones en eficiencia energética en el mercado de la construcción comercial y residencial se situaron en 2014 en 90.000 millones de dólares (79.960 millones de euros), y se espera que aumente hasta 125.000 millones de dólares y 111.057 millones de euros para 2020.
El organismo destacó que varios de los principales países exportadores de energía están llevando a cabo programas de eficiencia para hacer frente a su creciente consumo interno y al impulso de las exportaciones energéticas.
Entre ellos, Arabia Saudí o Rusia, que el año pasado dedicó 75 millones de dólares (66,6 millones de euros) en ese tipo de proyectos en 25 regiones del país.
La AIE destacó además que en América Latina la eficiencia energética es una herramienta primordial para conseguir diversos objetivos de desarrollo, entre los que se incluye la mejora de la seguridad energética.
A la cabeza de su aplicación en la región están México y Brasil, que de 2012 a 2014 invirtió 530 millones de dólares (470,8 millones de euros) en iniciativas dirigidas, entre otros objetivos, a aliviar la pobreza energética.
El organismo concluyó que, a medida que los gobiernos siguen dando prioridad al crecimiento económico, la seguridad energética y un entorno más saneado, las mejoras en eficiencia energética constituirán un instrumento importante para alcanzar «objetivos nacionales, regionales e internacionales».
