La robótica colaborativa y los nuevos desarrollos contribuyen a una industria más eficiente
En los últimos años, la robótica colaborativa está experimentando un significativo crecimiento que lo convierte en una de las claves fundamentales en el camino hacia la Industria 4.0. A medida que avanzamos en el tiempo, las empresas están apostando más por automatizar y optimizar sus procesos productivos haciendo uso de la robótica colaborativa, ya que ésta presenta ciertas ventajas sobre la robótica tradicional en cuanto al retorno de la inversión.
En este escenario, la robótica colaborativa basa su rápida implantación en la capacidad normativa que estos dispositivos tienen para interactuar con los humanos y las posibilidades que ofrecen para realizar distintos tipos de procesos de aprendizaje automático que le permite mejorar y optimizar su aplicación en escenarios tan variopintos como empaquetado, inspección de calidad, moldeo por inyección, bin picking, inspección, pruebas y análisis, montaje mecánico y soldadura, entre otros muchos. En definitiva, el robot colaborativo se está convirtiendo en un ayudante o asistente para las tareas más complejas o repetitivas de los procesos industriales.
El rápido avance de la robótica colaborativa, y su integración con nuevos modelos de desarrollo basados en DevOps, Big Data, Machine Learning y otras tecnologías, va a cambiar de forma permanente el entorno industrial actuando como catalizador para favorecer la Industria 4.0 y la conexión entre máquinas, herramientas, sistemas e incluso piezas para maximizar la eficiencia y poder dar una respuesta rápida y flexible.
Los cobots, robots desarrollados para interactuar físicamente con humanos, no necesitan descansos periódicos y pueden llevar a cabo tareas sin parar y con mayor rapidez, aumentando así la eficacia de la línea de producción, lo que a su vez se traduce en un ahorro energético al producir más en menos tiempo. La aplicación de técnicas de Inteligencia Artificial como los algoritmos desplegados en plataformas de Cloud Computing permiten generar infinidad de escenarios que permiten maximizar parámetros de procesos como puede ser el consumo energético o el desgaste de piezas, lo que contribuye a reducir los plazos de retorno de inversión. Igualmente su facilidad de uso hace que no requieran de técnicos especializados para su montaje y puesta en marcha, se pueden reconfigurar para operar en diversos puntos de una línea de producción y permiten a las empresas optimizar su productividad.
En GMV consideramos que el futuro es colaborativo y los robots pueden ser la mejor herramienta para adaptarse a los cambios constantes que suceden en la industria. Como consecuencia de la interconexión entre máquinas, herramientas y sistemas, se genera una vía de intercambio de información que ayuda a que los robots sean más efectivos que las personas en ciertos procesos. Esto es posible gracias a la sensorización avanzada que les proporciona conciencia de su entorno, siendo capaces de detectar la presencia humana y de interactuar con ellos con total seguridad. Desde GMV trabajamos en nuevos modelos de desarrollo que contribuyen a impulsar la Industria 4.0, aplicando DevOps a la robótica colaborativa con el objetivo de cumplir las necesidades de nuestros clientes.
Finalmente en síntesis, los robots colaborativos suponen un punto de inflexión para obtener un aumento de la productividad y la calidad, además de su gran virtud de haber sido creados para ayudar a las personas y trabajar juntos en armonía.
Ángel Cristóbal Lázaro
Business Partner y Experto en Tecnologías Habilitadoras
GMV