Según Satya Nadella, actual CEO de Microsoft, la realidad mixta, la IA y la computación cuántica serán las tecnologías que den lugar a los grandes cambios en la economía y la sociedad en los próximos años.
Las tres están en fases iniciales, una más que otras, pero terminarán convergiendo y eso será posible gracias a la conectividad. Nuestro entorno se vuelve inteligente, cada vez hay más objetos a nuestro alrededor que interactúan con nosotros y es algo que sucede sin que nos demos cuenta, nos resulta natural. Ya no estamos bajo el concepto de Internet of Things sino que vamos hacia el Internet of Everything.
Para que un sistema así exista no hacen falta sólo sensores como elementos de recogida e intercambio de información, sino también capacidad de cómputo. IoT ayuda a lo primero, la computación en la nube a lo segundo para entrenar a los sistemas con IA, pero además la irrupción de 5G y Edge Computing harán que todo el entorno tenga la capacidad real de interactuar. Cada elemento del proceso estará donde se necesite, en el dispositivo, en la red o en la nube haciendo todo el sistema más eficiente y dando lugar a experiencias que ahora no son posibles. Iremos a experiencias computacionales con la capacidad incluso de sentir y tocar a distancia.
Dentro de los niveles en los que se suele categorizar la IA estamos aún en los sistemas con “IA específica” es decir, los que realizan una sola tarea mejor que cualquier persona, pero sólo una. Tienen memoria limitada y utilizan aprendizaje automático para añadir nueva información y mejorar. Es la que tenemos, por ejemplo, para las cámaras inteligentes y reconocimiento de voz y sonidos. Esa misma IA, potenciada con la combinación de información de diferentes fuentes, y el procesado o la toma de decisión donde se necesita hará por ejemplo que el concepto de Smart City sea una realidad. La interacción con los individuos y poder contener situaciones como la actual frente al COVID-19 deberían ser más sencillas. Ahora mismo la tecnología se está usando para analizar qué ha ocurrido con las medidas, pero la clave sería poder usarla para no llegar al extremo de paralizar la economía completamente.
El reto pasa por adoptar estos cambios de forma inclusiva, aunque es algo más fácil de lo que creemos. Muchos sectores como la agricultura se han vuelto poco atractivos y encontrar mano de obra local es un problema. Introducir tecnología que permita la recogida automática o asistida y la predicción de cuándo hacerlo es clave. Además, volvemos más eficiente en recursos todo el sistema. Esto es sólo un ejemplo, pero la IA y la analítica predictiva se incorporarán de forma exponencial a muchos procesos e interacciones incentivados por tecnologías como 5G en los próximos años, por lo que es necesario que empresas y organizaciones comiencen a testarlas en sus entornos productivos y de decisión para no quedarse atrás y hacerlo de forma que estos cambios sumen sin desplazar a las personas.