1. La primera pregunta es obligada. ¿Cómo está afectando la crisis sanitaria al sector energético?
La crisis le está afectando de lleno. En primer lugar, por el mismo motivo que al resto de sectores. Son empresas compuestas por muchas personas que comparten las mismas inquietudes y preocupaciones que el resto de la sociedad, generadas por la pandemia provocada por el coronavirus, y que tienen que ver fundamentalmente con la protección de la salud.
A esto se le añade que los profesionales de este sector trabajan en entornos de lo más variado, desde los más convencionales como son las oficinas, hasta centrales de ciclo combinado, ductos que transportan, centrales nucleares, parques de aerogeneración, termosolares… en las que hay que tomar medidas de seguridad específicas. Se trata de servicios críticos, porque hay que garantizar el suministro de energía (generación, distribución, mantenimiento…), y ahora hay que hacerlo encima en condiciones más difíciles. Bien es cierto que se trata de un sector acostumbrado a operar de manera remota, gestionando los activos a distancia con servicios de telecontrol, telesupervisión… etcétera, y ahora se le añade además el teletrabajo.
Finalmente quiero destacar la problemática que supone la disminución de la demanda de energía que se ha producido por el parón forzoso de la industria, en gran parte electrointensiva, o demandante de gas, petróleo, etcétera. Exige un enorme esfuerzo equilibrar la generación y el consumo, ya que hay energía que no se puede almacenar o que es muy difícil hacerlo, y supone un reto que va más allá de la facturación final, por la complejidad técnica para lograrlo.
2.¿Qué papel tiene la tecnología para ayudar a las empresas del sector a afrontar este escenario?
Lo cierto es que la tecnología está muy presente, desde hace mucho tiempo, y al máximo nivel en las empresas del sector. Las empresas energéticas son ya muy digitales. Lo son y lo serán mucho más. Hasta ahora principalmente en aquellos ámbitos en que era imprescindible por necesidades de innovación, endógenas al sector. Había que tener unas capacidades digitales por exigencias de la propia competencia, la necesidad de eficiencia, etcétera. Pero es que ahora hay unas necesidades exógenas al negocio, que vienen de la legislación extraordinaria que están estableciendo las autoridades para contener la pandemia, lo que obliga a dar un paso más allá, de cara también al nuevo escenario que pueda quedar cuando vuelva a normalidad.
3.Esta newsletter se centra en la «Inteligencia artificial, analítica predictiva y la toma de decisiones para mejorar la eficiencia». ¿Cómo está aplicando el sector de las utilities estas tecnologías? ¿Con qué objetivo?
En este punto podríamos hablar de mil ejemplos. Es un sector muy heterogéneo con cantidad de procesos de distinta índole en los que la tecnología puede incidir de una forma u otra. Una empresa energética trabaja en tres ámbitos, generando energía; distribuyéndola y transportándola; y comercializándola. Hoy en día la Inteligencia Artificial y la analítica predictiva se aplican en todas ellas, porque se necesita ser muy eficiente. También en la comercialización porque es muy importante conocer a los clientes para darles mejor servicio y competir mejor.
4.¿Podrías citar algún ejemplo de experiencia práctica para explicar todo esto de lo que estamos hablando?
Imagina lo importantes que es predecir el tiempo meteorológico. De dónde va a venir el viento, cuántas horas de sol va a haber, si va a llover… Con esos datos los parques eólicos o termosolares se pueden preparar mucho mejor para aprovechar la energía, orientando mejor los paneles o las palas, por ejemplo. Ahí ya están interviniendo la IA y la analítica predictiva.
De la misma manera, puede ser muy importante anticiparse a los niveles de consumo que pueda haber en una población, algo que va mucho más allá de que sea invierno o verano o de día o de noche. Si un partido de fútbol lo están viendo 10 millones de personas, hay que prever que en el descanso, por ejemplo, los hornos, vitros y microondas vayan a funcionar más porque es el momento que se aprovecha para hacer la cena. Hay miles de casuísticas, que tienen que ver también con el comportamiento de los consumidores.
5.En tu opinión, ¿cuál de estas tecnologías es o será la más determinante a corto plazo para el sector?
Yo no destacaría ninguna por encima de las demás. Son todas igual de importantes. El elemento más determinante sería en todo caso saber cómo combinarlas. Cada una de estas tecnologías ya no funciona ni se aplica de forma independiente. IA, RPA, analítica, Big Data…, todas están ya vinculadas, y el proyecto más exitoso será el que mejor sepa combinarlas.
6.Como conclusión, y con lo que hemos hablado, ¿cuál sería la mejor opción para que las empresas del sector afronten el nuevo escenario que va a dejar la crisis?
Yo insistiría en el mensaje de transversalizar la tecnología. La tecnología ya no es un soporte de negocio, es parte del negocio o es directamente el negocio. Y debe utilizarse para marcar la diferencia, destacar en innovación y competir. Por suerte, las empresas del sector están muy avanzadas en este sentido y podrán afrontar el nuevo escenario con garantías.