La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, participó el pasado martes 28, en la reunión informal de ministras y ministros de Energía de la Unión Europea (UE). En su intervención, subrayó el potencial que tienen las medidas de la transición energética, concretadas en el Pacto Verde Europeo, para estimular la economía, crear puestos de trabajo, mejorar la competitividad y modernizar las industrias comunitarias en el contexto de la recuperación tras la crisis del COVID-19.
Aagesen aludió a la capacidad de activación que tienen sectores como el de las energías renovables, la rehabilitación energética de edificios y la movilidad sostenible, entre otros. En este contexto, ha defendido la necesidad de que la UE ofrezca “señales fuertes”, prestando apoyo temprano a las inversiones y generando confianza en la ciudadanía.
La secretaria de Estado de Energía recordó que los países comunitarios han elaborado sus planes de Energía y Clima para aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética en un escenario de recuperación económica, si ésta pone el cumplimiento del Pacto Verde Europeo en el centro, asegurando que nadie se quede atrás. “Estos planes nacionales contienen no sólo las medidas para cumplir los objetivos energéticos y climáticos de la UE, sino también mecanismos e instrumentos para generar empleo y crecimiento sostenibles. Necesitamos crear confianza. La UE tiene un papel clave en esto”, señaló.
IDENTIFICAR ELEMENTOS CON POTENCIAL
Aagesen resaltó que, en este momento, es necesario identificar cuáles de estos elementos tienen el mayor potencial para obtener resultados inmediatos de recuperación económica, y centrar en ellos la capacidad política, normativa y financiera del conjunto de la Unión. También ha defendido compromisos para financiar esta reactivación y ha recordado, en este sentido, la propuesta española de un Fondo de Recuperación Económica de la UE basado en transferencias a los Estados miembro de hasta 1,5 billones de euros.
Entre esos elementos, la secretaria de Estado citó, en primer lugar, la capacidad de las medidas de eficiencia energética para crear puestos de trabajo y reactivar la actividad industrial y empresarial, al tiempo que se reducen las emisiones, se fomentan municipios más habitables y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Es el caso de la iniciativa de la Comisión «Renovation Wave» (Ola de Renovación) del sector de la edificación que, si cuenta con suficientes recursos, puede desempeñar un papel prioritario en esta recuperación, fomentado la rehabilitación del parque inmobiliario europeo. En este punto, España insta a que el programa incluya la instalación de tejados solares para autoconsumo.
En segundo lugar, la secretaria de Estado ha apostado por incentivar de forma inmediata inversiones en tecnologías renovables maduras, como la solar y eólica, porque “son competitivas, de bajo precio y a prueba de futuro”, ha apuntado.
Invertir en ellas ahora puede crear millones de puestos de trabajo a corto plazo, al tiempo que reduce las facturas de energía para todos los consumidores y promueve la competitividad de las industrias y empresas europeas, ha añadido.
Este estímulo de las energías limpias permitirá a los Estados ser menos dependientes del exterior en sus abastecimientos energéticos y, por tanto, más estables económicamente. Además, representa una oportunidad de industrialización. “Aboguemos por la construcción de fuertes cadenas de valor europeas para las tecnologías renovables clave, en particular para los componentes clave de alto valor añadido. Para ello, es de gran importancia garantizar siempre la igualdad de condiciones dentro del Mercado Único”, ha indicado.
La secretaria de Estado también aludió al potencial de activación económica que representan la electrificación y la conectividad inteligente. En este sentido, un sector con un enorme potencial será el de la movilidad: vehículos eléctricos, redes de recarga e infraestructuras, tanto públicas como privadas, opciones de movilidad inteligente, modelos de negocio innovadores y un mejor uso de los espacios públicos.
Aagesen reconoció, asimismo, el doble beneficio de la digitalización y la descarbonización, y sus efectos económicos y sociales, en particular en las regiones rurales y desfavorecidas; y ha considerado prioritaria la mejora, ampliación y modernización de las redes de suministro para hacerlas más inteligentes. También incidió en la necesidad de profundizar en las interconexiones eléctricas para garantizar que ningún país quede aislado en la UE. En este sentido, hizo hincapié en la situación de las interconexiones entre España y Francia.
Por otro lado, reiteró la posición de España en relación con el Fondo Europeo de Transición Justa, “que es ahora más necesario que nunca”.
ANTICIPACIÓN, CLAVE
La secretaria de Estado destacó que la anticipación es clave para que Europa pueda ejercer un papel del liderazgo en materia energética y, por ello, es necesario apoyar las tecnologías y los modelos de negocio innovadores y capacitadores: “Aprovechemos la oportunidad de enviar las señales adecuadas para incentivar otras tecnologías estratégicas emergentes que serán clave para una Unión Europea climáticamente neutra. Tecnologías de almacenamiento, bombas de calor, hidrógeno verde o eólica “off-shore” cuentan con el potencial de ser las tecnologías de punta de la próxima década”, ha afirmado.