Quién considera está impulsando más la adopción de estas tecnologías: ¿Gobierno, proveedores de tecnología, empresas usuarias…? ¿Cuáles son las principales barreras?
La introducción de las tecnologías en nuestro día a día vienen principalmente precedidas de modas que impulsan los consumidores, es decir son tecnologías que usan dentro de nuestra vida privada. En este sentido las empresas los últimos años se han visto rezagadas o no han liderado la aplicación de estas tecnologías en sus procesos productivos y en su forma de hacer las cosas en el día a día. Hasta que ha llegado una pandemia que nos ha obligado a darnos cuenta que estas tecnologías las necesitamos no solamente para comunicarnos con nuestros familiares sino también para trabajar.
Algo tan sencillo como la robotización, que estaba muy vinculada a las grandes empresas de producción industrial, se ha entendido como un gran aliado para asegurar que los procesos productivos, quizás más sencillos, puedan seguir ejecutándose pero con el control remoto de un empleado.
Quiero pensar que ya no existe la barrera del precio de las tecnologías porque cada vez son más asequibles y están más preparadas para desarrollar pilotos o pruebas de aceptación tecnológica antes de plantear un gran despliegue. Honestamente la principal barrera del despliegue de las tecnologías es en sí la propia herencia o cultura de la empresa por querer mantener su forma de hacer las cosas de forma tradicional. Lo cual es respetable y necesario pero se debe aprender a balancear la introducción y el uso de estas tecnologías en el día a día.
¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?
Creo que la concienciación en materia de eficiencia energética es real y está inherente en la mayoría de las compañías desde hace muchos años y que poco a poco las empresas van implantando principalmente en sus plantas de producción y en sus edificios estas medidas para garantizar que el proceso de producción al final sea eficiente.
Tendencias como convertir la empresa en Carbon Negtive para 2030 quizás sea muy ambicioso y solamente lo puedan cumplir empresas que llevan apostando por esta filosofía desde hace años.
Pero considero clave que la estrategia de la empresa no debe ser solamente la búsqueda de la eficiencia energética global sino de forma general la sostenibilidad, garantizando el correcto uso de los medios naturales que disponemos y garantizando que los productos que van al consumidor con los patrones o estándares de calidad más altos posibles. Es decir, no solamente debemos proponernos que devolvemos mas energía al mundo de la que consumimos, sino que debemos devolver a nuestro ecosistema mas de lo que el nos da.
¿Qué valoración tienen los indicadores de eficiencia energética/sostenibilidad en la definición de vuestros proyectos tecnológicos?
Los indicadores de eficiencia energética y sostenibilidad son vitales para nuestra industria a la hora de tomar decisiones no solamente en la implantación de proyectos tecnológicos sino incluso con aquellas empresas tecnológicas con las que nos aliamos para el desarrollo de nuestros proyectos estratégicos.
de obligado cumplimiento el hecho de que las tecnologías que implantemos sean sostenibles en sí evitando el consumo de combustibles o generando un impacto en el ecosistema en el que nosotros desarrollamos nuestra actividad. Pero como he dicho, es fundamental para nosotros, por poner un ejemplo, que las big tech con las que trabajamos y que nos aportan soluciones cloud garanticen que están en la lucha para ser Carbon Negative en 2030.
Debemos llevar nuestro objetivo de sostenibilidad y eficiencia energética más allá de lo que ven los propios ojos y asegurar que allí donde nos están prestando servicio pero que no conocemos donde sean realmente eficientes también.
¿Considera que ha mejorado la posición competitiva de su organización con la implantación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones?
A tenor de los resultados tanto de nuestra compañía como de muchas otras en el sector de la alimentación la utilización de tecnologías de la información optimizado numerosos procesos productivos ha acabado garantizando la competitividad de nuestro sector.
Hace unos años escuchaba una frase que decían que aquellas empresas que no digitalizaran sus procesos y no tomaran decisiones en base al análisis de datos para mejorar su competitividad acabarían desapareciendo en 10 años.
Posiblemente tras la pandemia que estamos viviendo esta frase se vuelva un poco más agresiva y pensemos que aquellas empresas que no son gestionadas en base al análisis de datos avanzados pueden desaparecer en 5 años.
La crisis actual nos ha puesto delante del espejo y nos exige ser más eficientes aún si cabe en nuestro día a día para garantizar que nuestro negocio sea sostenido y sostenible en el tiempo.
¿Cuál ha sido su papel en este ámbito? ¿En su organización hay más implicados en estos temas (CIO, COO, CEO…)?
La sostenibilidad y la eficiencia energética es un reto para todos y desde el CEO hasta el último empleado debe de ser lo que nos mueva en nuestro día a día.
Cada vez es más evidente que los proyectos estratégicos de una empresa tienen que tener un líder desde la dirección general qué motive y que nos permita visualizar en el futuro del por qué estamos haciendo las cosas ahora.
Pero donde todos nos sintamos partícipes de ese reto y de esa visión de futuro, entendiendo que la consecución de los objetivos será un resultado del cual todos seamos responsables, es decir, todos hayamos aportado nuestro granito de arena.
Dentro de nuestra estrategia de innovación digital para desarrollar y mejorar nuestra sostenibilidad en áreas como por ejemplo la acuicultura, mi rol es el de un mero canalizador de las tecnologías que existen en el mercado y como estas pueden ser aplicables en nuestros procesos tanto en España como en otros países a nivel mundial, sin la participación de todos los equipos vinculados a los procesos productivos sería imposible materializar los retos que nos hemos propuesto.