Las innovaciones tecnológicas están en continuo cambio, y todo lo que está a su alrededor necesita evolucionar a la misma velocidad para adaptarse a las nuevas exigencias. El 5G está preparado para su despliegue y para su buen funcionamiento serán necesarios considerables incrementos del consumo de energía. Con este escenario, la eficiencia energética juega un papel protagonista
Nuestro futuro experimental se construye sobre la energía y la conectividad.
El Big Data impulsará la cuarta revolución industrial y la energía será su motor. Como la mayoría de las cosas que merecen la pena, esta también va a tener un precio. La conectividad es una gran consumidora de energía por lo que, a medida que aumenta la conectividad, también lo hace el consumo de energía. El escenario comercial para el operador se encontrará en medio de los dos: el mundo idílico de la conectividad inalámbrica generalizada y el enorme consumo energético necesario para hacerla realidad.
Reducir el coste energético es imprescindible para el éxito empresarial y, en este sentido, la infraestructura crítica de las redes de telecomunicaciones plantea 3 retos:
- Descentralización: mantener la fiabilidad de la red de telecomunicaciones al tiempo que las funciones críticas se acercan cada vez más al usuario. Las funciones de red se están moviendo desde sus ubicaciones centralizadas para reubicarse dentro de la propia comunidad a la que prestan servicio, donde su seguridad física es menor y mayor su vulnerabilidad a las fuerzas de la naturaleza. La transmisión de vídeo HD en streaming es la aplicación más visible de este hecho ahora mismo: el usuario final no admite incidencias de latencia de manera que, tanto por motivos de experiencia del usuario como de coste para el proveedor, es necesario acercar estos contenidos.
- Descarbonización: el consumo de energía se está transfiriendo del mundo físico al entorno digital (movimiento de bienes, servicios, personas que cambian a un nuevo entorno económico). Lo positivo de esto es que esa red de telecomunicaciones evolucionada reducirá la carga de carbono sobre el usuario final. Sin embargo, dado que la red tiene que llegar a más lugares y con más fuerza, serán necesarios considerables incrementos del consumo de energía. El reciente informe SMARTer 2030 realizado por Accenture para GeSI planteaba que, a pesar del crecimiento previsto del sector TIC, que incluye los operadores móviles, se prevé que la huella de carbono relacionada se mantenga en el 2 % de las emisiones mundiales totales hasta 2030. Más importante aún, la posible reducción de las emisiones de carbono del sector TIC en su conjunto, incluido el sector móvil, en el futuro se estimaba en un 20 % de las emisiones de CO2 para 2030. En estos momentos hasta 70.000 escolares de 500 ciudades y pueblos de todo el mundo combaten cada semana contra el cambio climático, aunque irónicamente son ellos los integrantes de la generación más consumidora de información digital. Lo que eso demuestra, en todo caso, es que la presión para dejar de recurrir a las fuentes tradicionales de energía y utilizar energías más limpias y sostenibles (como sustituir la generación de diésel local y la producción de suministros basados en gas o en petróleo) no solo va a aumentar, sino que se encuentra recogida en las declaraciones de responsabilidad social corporativa de los operadores. Cómo cada operador vaya a llevarlo a cabo va a ser un factor de peso en la elección de marcas para esta generación.
- Digitalización: extraer el beneficio de la infraestructura energética de la red mejorada en términos de eficacia. Cosas que ya no se podían ver, ahora sí se pueden en el sector energético. La capacidad de ver el ecosistema de red incluye la energía como una de sus funciones, no como un mal necesario para dar soporte a sus funciones.
La conectividad inteligente tiene un impacto más alto en el consumo en nodos e instalaciones centralizadas. De hecho, la densidad de los centros de datos asiste a su 3er incremento más alto. En términos de requisitos de infraestructura crítica, podemos dividir esto para ver dónde se está produciendo el impacto en la energía y la refrigeración.
Observamos que la arquitectura descentralizada procede del Core y la centralizada, del acceso. La densificación tiene un gran impacto en el panorama a través de la concentración de activos en términos de energía utilizada para refrigeración. Y dado que solo el 15 % de las ubicaciones edge cuentan con un generador diésel, la autonomía de la batería en estos lugares se dispara, por tanto, vemos un pico en los requisitos en esa área.
Si vemos las categorías de gastos de los operadores de forma sencilla, divididos en 4 segmentos, tenemos:
- Segmento 1: Reducción del coste energético de los suministros: reto de facturación. Nuevos acuerdos PPA.
- Segmento 2: Contención de los costes de las aplicaciones de servicio: aplicaciones core y radio eficientes.
Los dos segmentos restantes son los costes relacionados con el consumo subyacente a los suministros. Esto es especialmente difícil puesto que la red de telecomunicaciones evoluciona al mismo tiempo que se consiguen las eficiencias.
Existen varias formas para contener y reducir los costes en la capa de infraestructura. Nuestra experiencia en el trabajo con operadores es empezar por conocer en qué consiste lo que normalmente es la mejor práctica, para saber cómo imitarla.
Cambiar componentes físicos siempre va a resultar, pero va a ser un camino más incremental y fragmentado. Si algo no puede medirse, no puede mejorarse. Medir y evaluar las ubicaciones suele ser un enfoque más holístico. Las herramientas de visualización de rendimiento extraen los datos y presentan análisis aceptables y en tiempo real de consumo y rendimiento.
Interpretar los resultados correctamente resulta, por tanto, esencial para un final positivo. Esto requiere la ayuda de empresas que sepan interpretar y recomendar programas de acciones.
Si los gastos de capital están restringidos, existen otras alternativas. Modelos de empresas revolucionarios como ESaaS (ahorro energético como servicio, de la que Vertiv es pionera) han demostrado responder a las necesidades de infraestructura esperadas.
Los cambios profundos en nuestras vidas deberían reflejarse también en los cambios de las redes. La energía es la materia prima que da forma a la digitalización y a la descentralización. El conocimiento modela la descarbonización y la eficiencia. El conocimiento es poder y conocer la energía es eficiencia.