La carrera hacia la descarbonización de 2050 ha cambiado para siempre el tablero energético. Electrificar el transporte, la climatización y los procesos industriales multiplican la demanda, mientras las renovables descentralizan la generación y tensan las redes. ¿Cómo mantener el servicio, reducir costes y, además, recortar CO2? La respuesta pasa por el Big Data, la analítica avanzada y la IA predictiva trabajando en tiempo real.
Las posibles aplicaciones son múltiples. Un gemelo digital alimentado por datos de sensores, históricos SCADA (u otros sistemas) y variables meteorológicas anticipa el consumo de cada nodo —desde una fábrica hasta una subestación— y orquesta la oferta renovable. Modelos de forecasting que aseguren la fiabilidad del servicio de los activos de generación, transporte o distribución a un coste operacional óptimo. El resultado: garantizar el servicio y mantenimiento de la red a un coste óptimo en un entorno de suministro muy tensionado y con demanda creciente.
Agentes de IA como «copilotos» operativos
Estos agentes conversacionales pueden ser desplegados en el edge, donde son capaces de “escuchar” en tiempo real los datos obtenidos, consultar manuales técnicos y, en segundos, sugerir acciones al operador: reducir la carga de un transformador antes de sobrecalentarse o reconfigurar el flujo en una línea congestionada. Con cada interacción aprenden del contexto local, de modo que la siguiente recomendación es todavía más precisa.
Asistentes de mantenimiento predictivo
A través de LLMs, los agentes de IA analizan imágenes térmicas, historiales de vibración y órdenes de trabajo previas para diagnosticar la causa raíz de una anomalía y generar una lista de piezas, herramientas y pasos de reparación. El perfil técnico recibe la guía en realidad aumentada y confirma la operación por voz, cerrando el círculo de aprendizaje, a la vez que se calcula de forma automática la ventana óptima de intervención y se disparan órdenes de trabajo automáticas. Las distribuidoras reducen el downtime hasta un 30 %, minimizan inventario y liberan capex para ampliar red.
La próxima década pertenecerá a quienes transformen terabytes en decisiones automáticas. En un sector donde cada kilovatio y cada minuto cuentan, la IA ya no es una promesa: es la ventaja competitiva que ilumina el futuro con energía limpia.
Es aquí donde nuestra experiencia probada en Big Data, analítica, plataformas de datos y el uso de modelos totalmente adaptados, pueden ayudar a predecir y aportar valor en diferentes escenarios. ¿Cómo? A través del marco de trabajo que usamos para asegurar pasar de la «simple» exploración analítica a obtener resultados operativos y económicos cuantificables (Insight‑to‑Impact).