Digitalizar la red supone una ventaja estratégica, además de mejorar la eficiencia operativa de las tareas de mantenimiento en entornos de continuo cambio y situaciones adversas como la actual pandemia.
Desde la experiencia conjunta de everis y NTT Data, hemos creado Weaver, una iniciativa enfocada en la digitalización de DSOs y TSOs, cuyo eje central es la obtención y explotación del dato para mejorar la excelencia operativa y lograr una constante evolución estratégica.
Entre su cartera de servicios basados en patrones de obtención y explotación del dato, destacamos un caso de éxito relevante bajo el patrón de Perception Handling. En este, construimos una plataforma de IA capaz de captar y analizar imagen y sonido mediante cámaras y micrófonos en subestaciones, logrando un análisis simultáneo y un aprendizaje continuo.
Logrando desplegar con éxito en una utility con más de 1.300 subestaciones y más de 40.000 km de red, en Japón para TEPCO, la mayor eléctrica del país.
Hemos logrado reducir el número de inspecciones físicas, la exposición de personal a ambientes de riesgo y disminuir la probabilidad de error en estas tareas, garantizando un control constante y eficaz de activos críticos en subestaciones.
A través del motor de IA, se consiguió digitalizar inspecciones y diagnóstico de equipos, con independencia del modelo o de la antigüedad, como la detección de óxido (identificando en los equipos áreas dañadas por nivel de gravedad) la detección de anomalías en equipos (indicando riesgo y probabilidad de fallo en transformadores); tareas para mejorar la seguridad de las instalaciones como la identificación de objetos ajenos o la detección de daños en el cercado de las instalaciones; y por último, tareas de lectura de equipos como contadores, medidores o luces de una manera autónoma, remota y digital, logrando así, la digitalización de lecturas y detección de luces de aviso con precisión.
Gracias a Weaver – Perception Handling se logró, una mayor eficiencia operativa que se traduce en una reducción de más del 50% de las inspecciones realizadas, una reducción en los costes de mantenimiento y optimización de trabajos, una disminución de la flota de vehículos y la huella de carbono (más de 100 toneladas anuales de CO2). Adicionalmente, se redujo la probabilidad de fallos derivados de la falta de detección de mal funcionamiento de un 43% a un 10%. Con esto, se han posibilitado nuevas asignaciones que permiten al personal clave su dedicación a tareas de mayor valor.