Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Francia, Grecia, Italia, Letonia, Luxemburgo y Portugal han recibido luz verde para el uso de los fondos de recuperación y resiliencia de la UE para impulsar sus economías y recuperarse de las consecuencias de la COVID-19. Gracias a la adopción de las decisiones de ejecución del Consejo relativas a la aprobación de los planes, los Estados miembros pueden firmar acuerdos de subvención y de préstamo que permiten una prefinanciación de hasta el 13 %.
La Comisión remitió al Consejo en junio una evaluación positiva de los planes de los doce Estados miembros, acompañada de las propuestas de decisiones del Consejo relativas a la aprobación de dichos planes. Los doce Estados miembros han solicitado la prefinanciación de los fondos asignados. Las decisiones que el Consejo ha adoptado hoy constituyen el último paso antes de que los Estados miembros puedan celebrar acuerdos de subvención y de préstamo con la Comisión y comenzar a recibir fondos que les permitan ejecutar sus planes nacionales.
Las decisiones del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros sobre casi la mitad de los planes nacionales constituyen un gran paso adelante en la recuperación económica de Europa. Permiten que los Estados miembros firmen los primeros acuerdos de financiación y que se realicen los pagos de prefinanciación. Con el apoyo de la UE, los Estados miembros pueden iniciar las reformas e inversiones necesarias para la recuperación, reforzando y transformando así nuestras economías. Las decisiones adoptadas por el Consejo permitirán que los Estados miembros utilicen los fondos no solo para recuperarse de la crisis de la COVID-19, sino también para crear una Europa resiliente, más ecológica, digital, innovadora y competitiva para las próximas generaciones de la UE.
Andrej Šircelj, ministro de Hacienda de Eslovenia
La ayuda financiera de la UE procedente del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, dotado con 672 500 millones de euros, tiene por objeto impulsar la recuperación económica de Europa apoyando las reformas y proyectos de inversión de los Estados miembros. Las medidas aprobadas en los planes nacionales se centran en seis ámbitos de actuación (los denominados «pilares») establecidos en el Reglamento por el que se establece el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia; entre ellos, la transición ecológica; la transformación digital; el crecimiento inteligente, sostenible e integrador; y la cohesión social y territorial.
Entre las medidas que cada Estado miembro puede adoptar para lograr la recuperación y reforzar la resiliencia de la UE se encuentran, por ejemplo, la descarbonización de la industria, la renovación de edificios, la digitalización de la administración pública y el reciclaje profesional de la población activa. Los planes abordan también las recomendaciones específicas por país señaladas en el transcurso de los debates del Semestre Europeo de 2019 y de 2020.
Contexto y siguientes etapas
El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia es el elemento principal de Next Generation EU, el paquete de recuperación para revitalizar la economía de la UE tras la pandemia de COVID-19 y hacer frente al mismo tiempo a los principales retos de nuestro tiempo, como la transición climática y la transformación digital. Para recibir ayuda del Mecanismo, los Estados miembros deben presentar a la Comisión sus planes de recuperación y resiliencia, que esta evalúa en función de las recomendaciones específicas por país y de los seis pilares del Mecanismo.
Una vez presentado un plan, y salvo que se acuerde un aplazamiento con el Estado miembro, la Comisión dispone de dos meses para evaluarlo y proponer una decisión de ejecución del Consejo relativa a su aprobación. Seguidamente el Consejo examina la propuesta en un plazo de cuatro semanas, por regla general. Tras la adopción de la propuesta de decisión, el Estado miembro puede firmar acuerdos de financiación bilaterales con la Comisión y recibir la prefinanciación acordada en el plazo de dos meses.
Los demás desembolsos con cargo al Mecanismo se basarán en una evaluación positiva de la ejecución del plan de recuperación y resiliencia, teniendo en cuenta el logro de los hitos y objetivos que se recogen en cada plan.