¿En qué situación crees que se encuentra el nivel de digitalización de la administración Pública?
Creo que la administración pública se encuentra en un punto intermedio en materia de digitalización. Si hablamos de materia energética, muchos de los proyectos de digitalización que se han hecho, se han implantado de forma local con SCADAs o con BMS.
Las administraciones tienen cierta infraestructura, pero no están aprovechando todo el potencial que podría disponer de un control sobre el consumo energético totalmente automatizado.
Entonces, ¿está la administración pública involucrada con la eficiencia energética?
Sí, por supuesto. La administración pública está totalmente alineada con la agenda pública en materia de sostenibilidad y eficiencia energética. Pero, todavía queda mucho por hacer.
En el caso particular de EcoMT, son muchas privadas que llevan años utilizando nuestra tecnología para acelerar sus planes de eficiencia energética y sostenibilidad. Y aunque cada vez vemos más administraciones, todavía son menos respecto a las iniciativas privadas.
Por ejemplo, hay pocos ejemplos de edificios realmente inteligentes.
¿Qué es para ti un edificio inteligente?
Para mí un edificio inteligente es aquel que desde el momento en que el que entras, hasta el momento en el que sales mantiene un alto nivel de confort, sin que yo como usuario tenga que regular o solicitar nada.
Por ejemplo, si me siento en una mesa y me da mucho el sol, el edificio sabe que incómodo y baja automáticamente la persiana.
No es magia. Es automatización. Un conjunto herramientas que trabajan de forma coordinada con distintos elementos y tecnologías como: Sensores, Iotización, programación, sistemas de gestión en la nube y un largo etcétera.
Todavía se está trabajando para llegar a un nivel real de inteligencia en los edificios. Y es que, en algunos casos, son los usuarios los que no se sienten cómodos con este nivel de digitalización.
Sin embargo, la agenda 2030, junto a otras políticas gubernamentales, han acelerado la necesidad de apostar por medidas que incrementen la eficiencia energética de organizaciones públicas y privadas. Pero claro, ahora hay que hacerlo.
En los próximos años veremos cómo se alinean políticas, tecnologías y usuarios en la adopción de objetivos comunes.
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