España se encuentra en una posición favorable para el cumplimiento de los objetivos marcados para 2020, sobre todo en el ámbito de reducción de emisiones y de participación de energías renovables en el consumo final de energía. Un dato a destacar es que España genera el 33% de la electricidad a partir de fuentes renovables. Por ello, el sector renovable necesita de leyes a largo plazo, de estabilidad regulatoria y debe huir de los vaivenes que nos han llevado a la paralización e incluso a las reclamaciones internacionales.
La transición energética tiene que desplazar el actual modelo centralizado l, basado en la oferta, hacia uno descentralizado, que coloque al cliente/consumidor en el centro y esté basado en la gestión de la demanda con el fin de descarbonizar la economía. Un reto completamente acorde y coherente con el modelo de negocio de ENGIE.
En la actualidad, el sector se encuentra en un periodo de plena transición en donde la tecnología está jugando un papel de gran relevancia provocando, por ejemplo, nuevos hábitos de consumo.
Las necesidades del cliente han cambiado; requieren de mayor información y de un servicio más personalizado. Saber en cada momento el estado de sus contratos toman una importancia vital y es clave para la satisfacción de los clientes. La importancia del dato, de su fiabilidad y la necesidad de ser capaces de explotarlo es clave. Estamos en plena transición energética.
¿Esta España preparada para para cumplir con los retos del Horizonte 2030?
A día de hoy España se encuentra en una posición favorable para el cumplimiento de los objetivos marcados para 2020, sobre todo en el ámbito de reducción de emisiones y de participación de energías renovables en el consumo final de energía. Un dato a destacar es que España genera el 33% de la electricidad a partir de fuentes renovables. Pero el sector renovable necesita de leyes a largo plazo, de estabilidad regulatoria y debe huir de los vaivenes que nos han llevado a la paralización e incluso a las reclamaciones internacionales.
En la actualidad, la fórmula de los PPA, acuerdos de compra venta de energía, son una gran oportunidad. Desde ENGIE apostamos absolutamente por las energías renovables y por modelos como el PPA con los que logramos que todos, desde el generador hasta el cliente, pasando por el comercializador, ganen al gestionar mejor y con mayor eficiencia y certidumbre sus riesgos de mercado. Además, generamos energía “verde”, procedente de fuentes renovables y certificada, la que hoy demandan las empresas socialmente responsables.
En el escenario de 2030, el objetivo de descarbonización de la economía supone que el carbón desaparecerá prácticamente por completo del mix energético. Como contrapartida, para cumplir con el objetivo de penetración de un 32% de renovables,, no basta con la mayor introducción de estas tecnologías en el sector eléctrico; es imprescindible un esfuerzo de reducción de la demanda final de energía y una mayor participación de estas energías en los consumos no eléctricos.
¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?
Completamente de acuerdo, es un proceso en marcha. La transición energética tiene que desplazar el modelo centralizado del sistema actual, basado en la oferta, hacia uno descentralizado, que coloque al cliente/consumidor en el centro y esté basado en la gestión de la demanda con el fin de descarbonizar la economía. Un reto completamente acorde y coherente con el modelo de negocio de ENGIE.
Para lograrlo, en ENGIE contamos con tres palancas estratégicas muy claras. En primer lugar, una oferta de energía adecuada a este nuevo modelo descentralizado y renovable. En segundo lugar optimizando los consumos de nuestros clientes, ayudándoles a maximizar su rentabilidad a través de nuestras soluciones de eficiencia energética, y en tercer lugar, aportándoles una oferta de servicios global que tenga muy presente la digitalización y la movilidad sostenible.
Está claro que las compañías energéticas tradicionales hemos dejado de serlo y debemos de ser protagonistas a la hora de contribuir al cumplimiento de los objetivos marcados y ponernos a la cabeza de la transición energética.
¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?
La crisis económica nos ha dejado lecciones importantes sobre los costes energéticos. El mensaje de la importancia del ahorro energético, que desde ENGIE llevamos trasmitiendo desde hace tiempo como pioneros en eficiencia energética, se ha asentado en los últimos años y hoy está plenamente presente. Esta mayor concienciación de la sociedad, unida a la presión competitiva en todos los sectores, ha motivado que cada vez más empresas se interesen por este modelo de eficiencia, que puede ayudarles a conseguir ahorros de hasta el 30%.
¿Considera que ha mejorado la posición competitiva de su organización con la implantación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones? ¿y en lo referente a competitividad energética?
La transformación digital ya no es una opción. Por todo ello, en ENGIE, la transformación ha dejado de ser un planteamiento para convertirse en una necesidad y una obligación.
Hoy en día, la relación directa entre los resultados de negocio y las nuevas tecnologías digitales es uno de los ejes fundamentales del nuevo modelo de negocio por el que estamos en ENGIE apostando y aspirando. La clave de este reto es ver la transformación digital como una gran oportunidad de negocio. Una inversión estratégica que nos ofrece otras formas de trabajar y nos proporciona nuevas técnicas con opciones más innovadoras y actuales con las que mejorar nuestros procesos y metodologías de trabajo. El resultado del impacto digital es ineludible. Repercute en una mejora de la eficiencia operativa, capacidad de respuesta rápida ante los cambios en el mercado, crea una ventaja competitiva, impulsa la cultura de la innovación dentro de la organización, mejora la colaboración interna y fundamentalmente impulsa nuestra modernización.
Las necesidades del cliente han cambiado; requieren de mayor información y de un servicio más personalizado. La información y el saber en cada momento el estado de sus contratos toman una importancia vital y es clave para la satisfacción de los clientes. La importancia del dato, de la fiabilidad del mismo y la necesidad de ser capaces de explotarlo es clave. Y es este paradigma de cambio es el que nos ha llevado a la necesidad de adaptarnos, tanto a nivel de Grupo como en España.
Principalmente el proyecto de digitalización que estamos implantando en nuestro país viene impulsado por el denominado Plan Vector. Gracias a él nos estamos dotando de unas tecnologías de la información de última generación que nos están permitiendo estar a la vanguardia, mejorar la eficiencia y la automatización de nuestros procesos y garantizar la calidad y disponibilidad de la información. Pero vamos más allá en la digitalización. Recientemente hemos lanzado internamente un nuevo proyecto que está suponiendo un cambio radical para la compañía; incrementando la eficiencia y el control máximo de la gestión de la información al estar perfectamente estructurada. Conseguiremos, en definitiva, una automatización inteligente.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Garantizar el suministro es fundamental a la hora de establecer cualquier política energética. Se deben establecer criterios claros y estables que sean el resultado de haber realizado un ejercicio de planificación estratégica del sistema energético para poder cumplir con los objetivos de la Unión Europea en el horizonte 2030 y 2050, objetivos éstos que implican necesidades adicionales de respaldo. Existe una necesidad física de respaldo a las renovables con tecnologías sostenibles, pero los mecanismos de mercado hacen que no se dé ningún incentivo al funcionamiento de este sistema.