Entrevista
28 octubre 2019

Entrevista a Luís Pertierra, Responsable despacho control y explotación eólica e hidráulica en Naturgy Renovables

Las compañías energéticas tradicionales deben seguir apostando por la transición energética como ya llevan mucho tiempo haciendo.

¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel juegan las compañías energéticas tradicionales en esa transición energética?

El momento es aquí y ahora. El entorno empresarial y social a nivel mundial lleva mucho tiempo analizando la situación y haciendo proyecciones a futuro sin terminar de interiorizar que el margen de reacción es cada vez menor y el tiempo corre en contra nuestra. El empuje que la sociedad está dando en todo nuestro ámbito energético requiere soluciones disruptivas no solo a nivel institucional y empresarial, sino también a nivel personal, y las nuevas generaciones por primera vez, parece que están dispuestas a llevarlas a cabo. Todo esfuerzo carecerá de sentido si no es acompañado por el resto de actores, y la sociedad penalizará a aquellas empresas o administraciones que no muestren una apuesta definitiva por la transición energética.

Las compañías energéticas tradicionales deben seguir apostando por la transición energética como ya llevan mucho tiempo haciendo. Como muestra basta con revisar los planes estratégicos de las principales compañías del sector, donde se puede evidenciar que la apuesta es definitiva y total. El conocimiento adquirido a lo largo de toda su historia pone de relevancia el papel principal que deben asumir con su capacidad de gestionar activos de generación y distribución de energía, aportando valor y conocimiento también en este momento.

¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?

España, al igual que el resto de países, debe reposicionarse dentro del “Trilema Energético”. Esto es, como garantizar un abastecimiento y un acceso a la energía, en su concepción más extensa, bajo tres ópticas: Fiabilidad del suministro, soluciones medioambientalmente garantistas y proteccionistas, y el tercer y necesario vértice, a un coste suficientemente competitivo que permita a los usuarios finales una accesibilidad adecuada a los recursos.

En este sentido la apuesta por las energías renovables será definitiva, pero sin descuidar otras fuentes de abastecimiento que den cobertura a la demanda en caso de discontinuidad de las fuentes de energía renovable no gestionable. La utilización de actuales emplazamientos hidroeléctricos mediante su conversión a centrales hidroeléctricas reversibles que aseguren una reserva estratégica y de origen renovable en los embalses ya existentes, será una oportunidad altamente eficiente que no debe dejarse pasar.

Adicionalmente, en el 2030 se dispondrá de mejoras tecnológicas y una experiencia acumulada en explotaciones eólicas y solares de varias decenas de años, lo que permitirá un aprovechamiento más eficiente tanto de los recursos como de los emplazamientos en los que se ubican las plantas eólicas y solares que están en explotación o se están desarrollando actualmente. Las repotenciaciones y upgrades de esas plantas, jugarán un papel determinante en el desarrollo esperado.

El principal foco de interés de los Smart Buildings es la eficiencia energética. ¿Qué aporta la tecnología en este sentido?

En primer lugar medición y conocimiento. Sin información base es imposible tomar medidas y la monitorización inteligente de, por ejemplo, los principales consumos de un edificio, es la primera acción que debe llevarse a cabo. Pero nada acaba en la información y menos si no es tratada adecuadamente para orientar la toma de decisiones, por lo que el tratamiento inteligente de esa información es el segundo reto. Finalmente, con el conocimiento y la gestión de la información, el último y definitivo reto es que tecnológicamente se encuentren soluciones adecuadas y rentables para la implantación de solucione

¿En qué situación de concienciación se encuentran las empresas españolas en materia de eficiencia energética?

La concienciación en esta materia es muy elevada y debo indicar que la mayoría de empresas con las que interacciono a lo largo de mi día a día ya han lanzado planes y acciones en materia de eficiencia energética. No solo en sus procesos más intensivos, sino en aspectos tales como la utilización responsable de los edificios y en las soluciones de movilidad que su actividad precisa.

La racionalización del uso de los edificios, con proyectos de iluminación, climatización pasiva, racionalización de su ocupación y especialmente el teletrabajo, serán medios de ahorro de recursos y una captura de eficiencias energéticas tanto directas como indirectas, como por ejemplo la reducción de los costes energéticos asociados a los desplazamientos. Estos, serán aspectos definitivos en los próximos años.

¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?

Como indicaba anteriormente, todas las empresas han apostado por el uso extendido de nuevas tecnologías, pero estamos funcionando como pequeñas islas no interconectadas todavía, por lo que se debe apostar por unos niveles mínimos de implantación, tanto a nivel de administraciones como de empresas, que nos permitiesen una mayor interrelación entre distintos agentes. A modo de ejemplo, de poco sirve implantar soluciones virtuales que eviten consumos energéticos en desplazamiento, si estas solo se pueden utilizar dentro de una misma empresa, y no en reuniones sectoriales o con las Administraciones Públicas. Estos casos se dan hoy en día por incompatibilidad de las tecnologías empleadas por cada uno de los agentes o por disponer de diferentes niveles de implantación en las diferentes organizaciones.

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D. Luís Pertierra Fernández
Naturgy
Responsable despacho control y explotación eólica e hidráulica en Naturgy Renovables