¿Qué papel juega la tecnología en conseguir que edificios / instituciones /ciudades /industrias /centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
La tecnología, entendida como el conjunto de conocimientos, instrumentos, recursos técnicos y procedimientos, permite obtener edificios y ciudades e industrias eficientes energéticamente y viables económicamente. Esto implica considerar como parte de esta tecnología el propio diseño arquitectónico, urbanístico y proceso industrial, y por supuesto, la integración posterior de sistemas energéticos renovables como son la energía solar térmica y fotovoltaica o la energía geotérmica somera, energía termosolar de alta temperatura, entre otras.
Bajo la premisa de que el principal objetivo es la reducción de la demanda energética sin comprometer el confort o los procesos, que es lo que se debería entender como eficiencia energética, es preciso utilizar sistemas de gestión capaces de incluir todos los sistemas energéticos implicados, no sólo las tecnologías “activas” como son los sistemas de generación y distribución, sino también los sistemas “pasivos” incluidos en el diseño de la ciudad/edificio/proceso. Dentro del concepto novedoso de comunidades energéticas con generación distribuida es fundamental un gestor inteligente capaz de orquestar todos los flujos energéticos en juego.
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
Si nos centramos en el ámbito de las ciudades, el sector tecnológico y el industrial están destinados a afrontar este reto de manera coordinada y sinérgica. En principio, el sector de la construcción y el de la generación energéticas (climatización y electricidad) se enfrentan a retos significativos y diferenciados pero que deberían contemplarse de forma global e interconectada.
Por un lado, es necesario construir edificios con una menor demanda energética, adaptados a la climatología del territorio mediante un diseño específico, que sea consciente de las posibilidades del mercado en cuanto a materiales de construcción, y que contemple la integración en los edificios de los sistemas de generación distribuida como son los sistemas solares, tanto térmicos como eléctricos. Esto conduce a que el sector de la generación, suministro y distribución debe contemplar nuevos modelos capaces de incluir estos sistemas de generación distribuida.
En definitiva, se deberían contemplar las redes urbanas de climatización y de electricidad bidireccionales como una realidad en alza. Estos sistemas deben tener una gestión global en la que se tenga en cuenta, no solamente el consumo en los edificios si no también aspectos de gran relevancia como es la movilidad urbana y la gestión de residuos.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Para conseguir un despliegue masivo de las tecnologías de eficiencia energética, es importante demostrar la viabilidad técnica y económica de las acciones a través de implantaciones demostrativas en distintas áreas geográficas. Es necesaria una acción de transferencia de conocimiento y de divulgación que incluya a los sectores tecnológicos implicados con las administraciones públicas y a los ciudadanos, cuya participación es esencial. Respecto a las administraciones públicas, su implicación en las acciones demostrativas, como motor de impulso es fundamental. Las administraciones locales y autonómicas deben favorecer el marco administrativo que facilite la implantación de estas medidas, y que las apliquen en sus ámbitos de competencia, al igual que la administración central.
Pero, además, pueden actuar como impulsores a través de las diferentes ayudas y de los programas de I+D+i que se despliegan en esta área. Desde CIEMAT esta es una de las actividades que realizamos, desarrollando proyectos que permitan avanzar en que nuestras ciudades sean cada vez más eficientes.
¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
El CIEMAT tiene por mantener una posición de centro de excelencia en las áreas científico-técnicas en las que desarrolla su actividad, de Energía, Tecnología y Medioambiente, por lo tanto, la eficiencia energética y la sostenibilidad están presentes en nuestros proyectos, tal y como indicaba anteriormente.
En CIEMAT realizamos proyectos sobre eficiencia energética en ciudades y edificios desde hace más de 30 años, colaborando tanto con las diferentes administraciones públicas como con el sector privado. Aunque una parte esencial de la actividad es la investigación fundamental orientada al desarrollo de capacidades, nuestro interés es que estos conocimientos lleguen lo antes posible en la sociedad.
En este sentido tenemos un amplio porcentaje de proyecto en cooperación público-privada, en los que se colabora con otros centros, universidades y con la industria en llevar las nuevas tecnologías y conceptos, desde la fase de desarrollo a estadios próximos al mercado. Quizá podríamos destacar algunos en los que participamos, como el proyecto ENERGYSIS, en el que se aúna el diseño eficiente de cerramientos de construcción modular con sistemas de generación renovables basados en la geotermia y la energía solar, o el proyecto TOGETHER en el que se incluye la integración de hidrógeno mediante tecnología de pila de combustible o el proyecto CO2NSTRUCT sobre el papel de las cadenas de valor de la economía circular en la construcción para una Europa neutra en carbono.
Además, como es lógico trabajamos de forma continua en lograr que nuestras infraestructuras sean cada vez más eficientes energéticamente.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
El futuro energético de España está, en gran medida, ligado al de Europa, que está apostando por una transición energética de manera intensa y decidida. En este sentido, me gustaría ver como España lidera los planes de eficiencia energética y que esta situación ayude a lograr un desarrollo generalizado de ciudades conformadas por distritos de energía positiva (PEDs), es decir, barrios capaces de generar más energía de la que consumen y que la compartieran en una red de comunidades energéticas interconectadas. Y por supuesto que estas energías fueran renovables y limpias.