¿Esta España preparada para para cumplir con los retos del Horizonte 2030?
La realidad es que como país hemos venido haciendo una apuesta por la implantación de las energías renovables durante lo que llevamos de siglo. Pero seguimos teniendo una dependencia fuerte por los combustibles fósiles, tanto a nivel industrial, como en automoción y esto se refleja en los precios a los que estamos comprando la energía actualmente.
Se deben hacer grandes esfuerzos en los próximos años para lograr producir los combustibles limpios a un precio competitivo y accesible al consumidor final. Para ello, no sólo se debe apostar por el desarrollo tecnológico de la producción, sino también por el de su distribución y modificación de los equipos actuales para poder emplearlos. Si hablamos del hidrógeno, sería un triple reto, si hablamos del biogás podría ser más sencillo, pero precisa de apoyos explícitos de las administraciones, para que pasemos de los planes a realidades. Resulta prioritario acabar de implantar el mercado de garantías de origen para los combustibles, para que podamos apoyarnos en la economía circular para generar nuevas fuentes de energía.
Considera estratégica la necesidad de reducir el consumo energético entre las empresas sector industrial. ¿Se han marcado una Plan con objetivos y tiempos para mejorar la Eficiencia Energética?
La reducción del consumo energético siempre ha estado presente en la estrategia de Damm. De hecho, uno de los pilares sobre los que apoyamos nuestro compromiso con el medio ambiente es la ecoeficiencia, definida como “el proceso mediante el cual desarrollamos una determinada actividad económica, tratando de que este genere el menor impacto ambiental posible, durante toda la cadena de valor. En nuestro caso desde el campo hasta a la mesa.”
Contamos con un plan de reducción de nuestra huella de carbono, apoyada en la neutralidad climática de las fábricas, el consumo de materias primas de proximidad, una logística sostenible de distribución y la colaboración con nuestros proveedores para lograr su descarbonización y por ende la nuestra
¿A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?
Durante el último año de pandemia hemos visto como nuestro país ha liderado la estrategia de vacunación, pero sin embargo ha sido a costa del desarrollo tecnológico de terceros países.
El reto que tenemos por delante es aprovechar los fondos Next Generation para poder liderar la transformación energética que nuestro planeta precisa, si queremos limitar el calentamiento global a 1,5ºC por encima de la temperatura de la era preindustrial. España que es referencia internacional a nivel tecnológico en el tratamiento del agua, debe posicionarse de igual forma en el sector energético.
Otro reto al que nos vamos a enfrentar en los próximos años el sector industrial es la ciberseguridad. En un mundo en el que los centros de datos y la interrelación de sistemas dirigen el funcionamiento de las empresas debemos minimizar los riesgos de ciberataques a los que estamos expuestos
¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
En Damm llevamos más de 20 años apostando por la eficiencia energética y el uso de energías renovables. A finales de los años 90 decidimos apostar por la tecnología de la cogeneración para dar servicio a algunas de nuestras plantas de producción. Mediante este sistema, la compañía genera energía de alta eficiencia para su propio consumo, ya que a partir de gas natural se produce electricidad y calor que son aprovechados en los mismos centros productivos. Además, la posibilidad de producir in situ la electricidad necesaria permite minimizar también todas las pérdidas derivadas del transporte.
El uso de energías renovables es una las principales vías para minimizar el impacto en el medioambiente y prevenir la emisión de gases contaminantes. Actualmente, Damm está generando casi 3 millones de kWh de energía eléctrica a través de fuentes de generación de biogas de origen renovable en su fábrica de El Prat de Llobregat (Barcelona). Y cuenta con 13.000m2 de paneles fotovoltaicos, con una potencia total de 1,7Mw repartidos entre la fábrica y la plataforma logística que la compañía tiene en la Zona de Actividades Logísticas del Puerto de Barcelona (ZAL). La apuesta por las energías renovables permite a la compañía evitar la emisión anual de 2.160 toneladas de CO2 a la atmósfera, una cifra que equivale a la plantación de casi 1.000 especies de pino carrasco. Y durante el ultimo año se han instalando cubiertas fotovoltaicas en todos nuestros centros de trabajo que nos permiten autoconsumir la electricidad generada. Además contamos con una red de contadores de energía y agua en todas las fábricas, en algunos casos pueden ser en torno a 500 equipos, que nos permite conocer en todo momento el gasto energético en todas nuestras unidades productivas y tomar medidas en caso de alguna desviación de consumo
Trabajamos también con los agricultores que nos suministra nuestra materia prima principal la cebada, asesorándoles para reducir el gasto de agua y con ello también reducimos su gasto energético.
¿Qué valoración tienen los indicadores de eficiencia energética/sostenibilidad en la definición de vuestros proyectos tecnológicos?
Decía Peter Druker que “Lo que no se mide, no se puede mejorar” aunque yo prefiero la original de Lord Kelvin “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.” La búsqueda de la Excelencia Empresarial se apoya en la mejora continua. Y para ello siempre es prioritario medir primero.