No cabe duda de que el enfoque que desde enerTIC se ha dado a este artículo que tengo la suerte de participar aglutina buena parte de los valores y principios que rigen la hoja de ruta de este proceso de cambio tan radical como el que estamos viviendo y sobre todo, vamos a vivir. Digo bien, “vamos a vivir”, porque los cambios que se están produciendo actualmente, si excluimos la innegable realidad del vehículo eléctrico, no tienen aún el peso ni la penetración en la sociedad y economía necesarios para cumplir los objetivos de desarrollo estratégico establecidos en la agenda 2030.
A día de hoy, en buena medida, la innovación proviene de dos ámbitos muy diferenciados: las Startups y los grandes proyectos. La colaboración se materializa, en general, en la generación de unos ecosistemas de crecimiento financiados en mayor o menor medida por corporaciones públicas y grandes capitales y empresa, entornos aceleradores que dejan fuera en buena medida la participación del 95% del tejido empresarial español. Este modelo actual, positivo y necesario sin duda, se deja en el camino la experiencia y relación cercana con la economía y los clientes de las empresas medianas y pequeñas, empresas que gestionan su negocio de forma muy personalizada, con un conocimiento muy profundo y cercano de las necesidades y problemas de sus clientes. Es en ese punto en el que sin duda hay que hacer hincapié para completar el actual modelo de colaboración, ya que la transformación digital y la transición energética no llegará a cumplir los objetivos esperados si el grueso de las empresas que conforman nuestra economía se ve apartado del proceso de decisión y participación. Los fondos NEXT pueden generar una gran oportunidad de abrir el ámbito de colaboración público privada en el ámbito energético, sin dejar fuera a ninguno de los sectores ni tamaños de empresa, siempre que se articulen con criterios objetivos orientados a establecer una base común en todos los sectores y territorios para conseguir resultados a medio-largo plazo, y no como acciones rápidas buscando retornos inmediatos con grandes consumos de presupuestos agrupados en muy pocos proyectos.
Desde un punto de vista estratégico, en Bilbomática consideramos que una pieza clave para lanzar definitivamente este proceso de penetración de la eficiencia en todos los ámbitos tecnológicos, implicaría incluir la Eficiencia Energética como un indicador clave más a medir en cualquier proceso de Transformación Digital, al igual que existe hace tiempo en procesos industriales y productivos, buscando una transversalidad máxima que instaure la medición de la eficiencia energética en cualquier proceso tecnológico, y la equipare con otros paradigmas ya arraigados como puedan ser la calidad de los procesos y productos generados.