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03
Mar
2023

La acumulación de energía con recarga de vehículo eléctrico

La electrificación de la movilidad parece no tener freno y prueba de ello son los índices de crecimiento de ventas que se superan prácticamente de forma mensual. En este sentido, el cierre del año 2022 ha supuesto un nuevo récord, tanto en volumen como en participación en el mercado mundial de venta de turismos

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En 2022 la venta de turismos enchufables alcanzó un volumen cercano a los 10 millones de unidades. Entre estos turismos se encuentran tanto los que son únicamente eléctricos como aquellos híbridos enchufables. Estas ventas suponen un crecimiento del 50% respecto al volumen del año anterior.Pero una de las características más destacables de la transición hacia la movilidad eléctrica es la asimetría. En Noruega la venta de los vehículos enchufables ya es totalmente mayoritaria. En China la venta de los turismos 100% eléctricos ya supone una cuarta parte del total de vehículos vendidos. En cambio, hay numerosos países en los que la penetración en el mercado de esta opción es todavía una opción minoritaria como Estados Unidos, México, Brasil o India.

No hay una única causa que explique el porqué de la evolución de las ventas de los vehículos eléctricos en cada país, pero sin duda alguna, el despliegue de la red de recarga es una de las más importantes.

¿Dónde podemos recargar nuestro vehículo eléctrico?

Para poder tener éxito en la implantación de la electromobilidad es muy importante contar con una red de recarga, tanto vinculada como de oportunidad, que nos permita asegurar la máxima autonomía de nuestro vehículo para utilizarlo con total normalidad y tranquilidad.

Habitualmente, se asocia el vehículo eléctrico con aquella franja de población que dispone de posibilidad de realizar su recarga en el propio domicilio o en el lugar de trabajo. En esta situación la recarga se realiza, de forma habitual, en forma de carga lenta, aprovechando la potencia contratada en los edificios asociados al servicio. Esta tipología funciona perfectamente cuando se piensa en una vivienda unifamiliar o bien una plaza de aparcamiento en el mismo edificio en el que reside su propiedad y por lo tanto es sencillo realizar la derivación directa.

En nuestro entorno hay una gran parte de la población que no tiene disponibilidad de una plaza de aparcamiento asociable a su propio contrato de suministro, bien por tener una plaza en un espacio de pupilaje o por carecer de un espacio de aparcamiento definido. En estas situaciones, los hubs de recarga y la recarga laboral pueden ser una solución, pero, ¿están preparados estos espacios para la gestión de este nuevo servicio?

¿Podemos adecuar las instalaciones y cubrir la recarga?

En muchos de los espacios y edificios en los que se concentran gran número de vehículos que deberán ser cargados en breve, la infraestructura eléctrica disponible está dimensionada para las necesidades básicas y no para esta nueva demanda.

Hasta ahora, la opción generalizada ha sido la de instalar dispositivos y aplicaciones con capacidad de modulación dinámica de la recarga, también conocidos con el acrónimo DLM (Dynamic Load Management), de manera que tan solo se dedica la potencia residual, en tiempo real, del edificio para repartirla entre los vehículos solicitantes del servicio.

Pero, ¿qué pasa si la potencia para la recarga es insuficiente?

Una solución idónea para facilitar este reto es la incorporación de un sistema de acumulación de energía, que puede o no estar asociado a alguna capacidad de auto generación de energía en el propio espacio.

Pongamos un ejemplo:

Si consideramos una potencia de recarga de 3,6 kW para cada vehículo, y un consumo de 15 kWh por cada sesión podemos imaginar que si el número de vehículos alcanza una veintena nos enfrentamos a un incremento de la demanda de 72 kW y 300 kWh de consumo.

En el caso de disponer de una potencia de 15 kW de red, podemos disponer de un volumen de energía diaria de 360 kWh. Para esta aplicación, un sistema equipado con 300 kWh de capacidad y 50 kW de capacidad de descarga sería suficiente para poder asegurar el servicio sin necesidad de modificar la infraestructura existente.

Pero sin duda alguna, es en la recarga de rápida en la que la acumulación de energía va a tener un papel más importante. Si atendemos a la planificación de nuevos puntos de recarga que definen las directivas europeas, que fijan la obligatoriedad de disponer, para 2026, puntos de recarga rápida a una distancia no mayor a 60 km a lo largo y ancho de la geografía, se entiende la necesidad de disponer de potencia instantánea en lugares desprovistos, en la actualidad de líneas eléctricas suficientes.

Propongamos un nuevo ejemplo:

Deseamos instalar dos puntos de recarga de 150 kW en una estación de servicio alimentada por una línea eléctrica con capacidad para tan solo 50 kW el primer paso que debemos abordar es entender la curva de carga de los vehículos eléctricos que actualmente circulan por nuestras carreteras.

La mayoría de los turismos que se comercializan en nuestro país presentan una demanda máxima de potencia de recarga rápida, en corriente continua, alrededor de los 100 kW y tienen un descenso por debajo de esta cota si su batería supera el 50 % de carga.

Suponiendo que, en los próximos años, la mayoría de las sesiones de carga rápida, en ruta, se realicen entre el 10 y el 80 % de la capacidad de las baterías y dando a estas una capacidad media de 70 kWh.

Deberíamos prever sesiones de unos 50 kWh de capacidad con una duración media de unos 30 minutos, de los que aproximadamente la mitad se realizan a niveles cercanos a los 100 kW y el resto, claramente por debajo, debido a las consignas de reducción emitidas por el sistema de gestión de la batería del propio vehículo.

Haciendo una previsión equivalente a 20 sesiones de carga por día y cargador tendremos una necesidad energética del orden de 2 MWh. En este caso la acometida podría aportar un máximo de 1,2 MWh, por lo que estos puntos deberían tener un aporte de generación local, a través por ejemplo de una pérgola de aparcamiento fotovoltaica o una planta solar de 200 kWp y un sistema de almacenamiento con una potencia de descarga de 300 kVA y una capacidad de acumulación de al menos 900 kWh.

Esta combinación de recarga rápida asistida en potencia por sistemas de acumulación con baterías de Litio, está siendo ya adoptada como obligatoria por los países europeos con mayor volumen de ventas de vehículos eléctricos, como Reino Unido.

Para este tipo de soluciones, Circutor, en alianza con la empresa alemana Intilion, presentan soluciones de acumulación con capacidad para asistir tanto a los edificios en los que se instala una serie numerosa de puntos de recarga de flota como para los hubs de recarga rápida que se están desplegando por todo el territorio.

¿Qué soluciones podemos adoptar?

Utiliza la energía almacenada por tus baterías para apoyar la recarga los vehículos eléctricos conectados a tu red, en momentos de mayor demanda, sin tener que aumentar la potencia contratada de tu instalación.

Además de ahorrar por el término de potencia contratada, evitarás disminuir la potencia de carga de los vehículos conectados y disminuirás el coste durante las cargas nocturnas. Además, es el complemento ideal para trabajar en conjunto en instalaciones donde existan marquesinas fotovoltaicas con sistemas de recarga para vehículos eléctricos.

BAS-B73
Batería como apoyo para la recarga de VE

La batería BAS-B73 está basada en un sistema de baterías de iones de litio y constituye una solución compacta y completa para el almacenamiento estacionario de energía. Además de sus múltiples posibilidades de uso en ámbitos como la optimización del auto consumo, la reducción de picos de consumo, los sistemas de alimentación de emergencia y el apoyo a los puntos de recarga electrónica, esta unidad de almacenamiento comercial también ofrece otras muchas ventajas.

Sus principales características son:

› 73 kWh
› 25 kVA, 50 kVA y 68,5 kVA
› Eficiencia global > 90%
› Elevada vida útil (15 años)
› Elevado número de ciclos > 8000 (@90% DoD)
› Instalación sencilla con sistema Plug&Play
› Integra sistema climatización diseñado para temperaturas exteriores de -30º a +55 ºC
› Solución de almacenamiento en baterías todo en uno, llave en mano, incluido el inversor

› Adecuado para su instalación tanto en interiores como en exteriores gracias al control climático y a una carcasa resistente a la intemperie (IP 55)
› Rendimiento de carga/descarga de hasta 1C
› Gestión inteligente del sistema para un funcionamiento óptimo y seguro
› Protecciones contra rayos y sobretensiones integradas.

Fácil montaje
La unidad puede instalarse directamente mediante la función Plug&Play, de acuerdo con las directrices de conexión a la red. Todo en uno, solución acoplada de CA y conectividad en la nube.

Escalable y personalizable
El sistema permite conectar hasta 16 baterías en paralelo y grupos de 4, llegando hasta 1,1 MWh (16 x 73 kWh), para adecuarse a la necesidad de cada instalación, aumentando en capacidad en cualquier momento de forma rápida y sencilla.

Adaptada a cualquier condición climática
El equipo dispone de climatización integrada para asegurar el correcto funcionamiento en espacios exteriores. Su envolvente estanca con un grado IP 55 permite adaptarse a cualquier condición climática sin alterar su funcionamiento ni tener que realizar obra civil para su protección.

Solución llave en mano
La BAS-B73 cuenta con un diseño de sistema integral compuesto por una batería de acumulación, un inversor, un módem LTE para realizar una telegestión remota para revisar el estado de cada módulo, en todo momento, sin necesidad de desplazarse hasta la batería.

Telegestionable
La gestión inteligente del sistema es un nivel adicional de seguridad que supervisa todo el sistema. Entre sus funciones se incluyen la comprobación de la fiabilidad de todos los datos del sistema y la regulación de la función de climatización.