
Alrededor del año 2.550 a.c., el faraón Keops ordena a sus súbditos un deseo: «quiero la pirámide más majestuosa jamás construida donde pasar la eternidad»…. a lo que añadió «y ha de estar terminada antes de mi muerte» ¡Toma reto! Unos 20 años después, en Giza se alzó la Gran Pirámide de Keops con 146 deslumbrantes metros de altura, apoyados sobre 2.300.000 bloques de piedra cuidadosamente seleccionados, trasladados y colocados con precisión milimétrica. Hoy en día es la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que queda en pie, y aún nos sigue pareciendo increíble.
Ahora es nuestro turno, estamos escribiendo nuestra historia moderna no exenta de retos faraónicos, y los números nos lo recuerdan: solo en 2017 se transportaron 1.409.713 miles de toneladas de mercancías por carretera en España (*). La red que forma la cadena de suministro está diseñada, directa o indirectamente, por y para los consumidores. De modo que las organizaciones que quieran ofrecernos un servicio Premium deben controlar hasta el último detalle de los activos con los que trabaja para lograr la excelencia, ya sea en la provisión de materiales, almacenamiento o en la distribución a cliente final.
La fuerte presión existente por la optimización de costes, deriva en el uso de sistemas como just-in-time basados en aprovisionamiento del material estrictamente necesario según la demanda de producción. Este método necesita asegurar las existencias para una correcta planificación de producción y fabricación, sin embargo, el alto grado de personalización de productos que estamos alcanzando, requiere de un giro de tuerca a las conexiones tradicionales entre organizaciones y transportistas, donde no solo exista un eficiente intercambio de información entre los implicados en la cadena de suministro, sino que hemos de dotar de inteligencia de negocio al proceso logístico, junto a una trazabilidad integral al proceso productivo para certificar que recibiremos lo que realmente necesitamos en el momento preciso y con la calidad requerida.
Una vez los materiales llegan al almacén es indispensable disponer de un sistema ágil de identificación y codificación de activos que, con la ayuda de un sistema de gestión, nos permita conocer en todo momento las existencias y su ubicación. Las soluciones de identificación masiva de mercancías agilizan en gran medida el proceso catalogación, así como las entradas/salidas del almacén, optimizando de esta manera tiempos y costes. También tenemos un gran aliado en soluciones de localización y seguimiento de materiales sensibles tanto dentro, como fuera de las instalaciones, de forma que no tenemos que preocuparnos por saber dónde se encuentran activos que, por el motivo que fuere, están moviéndose en las instalaciones, o cedido a terceros.
No podemos cerrar el círculo sin ofrecer una buena experiencia a nuestros clientes, foco principal y posible valedor de nuestro producto o servicio, siempre que generemos una buena sensación en relación a nuestros productos. No sólo podemos informar de la localización de los productos y plazo de entrega desde fases muy tempranas de la compra (incluso a veces en la misma compra), sino que también podemos garantizar que el transporte se realice en las condiciones necesarias de humedad, temperatura, luminosidad, etc.
En otras palabras, la mayoría de organizaciones consolidadas que pretenden ser competitivas en el mercado cuentan ya con procedimientos y estructuras digitales que permiten gestionar y monitorizar sus procesos. Y es que la concentración de datos de los distintos sistemas corporativos permite disponer de indicadores operativos y agregados con una visión integral de la cadena de suministro. Indicadores a los que si dotamos de inteligencia obtendremos una visión global más amplia que los sistemas analíticos tradiciones para tomar decisiones en pro de la eficiencia de nuestros procesos.
Solo aquellos que hayan evolucionado en su transformación digital estarán preparados para la excelencia. En un futuro no muy lejano, las organizaciones dejarán de ser silos para intercambiar información entre ellas con beneficios como identificación de congestiones para el transporte por carretera de mercancías, optimización de ventanas logísticas, etc. Ya no solo hablaremos de fábricas conectadas, sino que tendremos espacios industriales inteligentes que se sumarán a la corriente de smart cities, entrando así en una escalada que beneficiará ya no solo a empresas y consumidores, sino también a nuestra faceta como ciudadanos.
No hay ambiciones imposibles, solo tenemos que vencer nuestras resistencias. Soñemos y dejémonos llevar. Ruta 4.0, T-Systems.
(*) Fuente: http://www.fomento.gob.es/BE2/?nivel=2&orden=47000000