Concretamente, el evento ha reunido a instituciones del sector público como el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio del Interior o la Gerencia de Informática de la Seguridad Social, y organizaciones del sector privado como AXPO, EDPR, Fortia, Grupo Tragsa y Novaluz; así como a los proveedores tecnológicos Rittal, Schneider Electric y Seidor Opentrends.
Mejorar la eficiencia energética
Hace unos meses se aprobó la Directiva Europea de Eficiencia Energética, que tiene como objetivo reducir el uso de energía y las emisiones de carbono en Europa en un 11% para 2030. Una de las grandes infraestructuras tecnológicas a las que les afectará esta normativa son los centros de datos, con la que se espera que se vuelvan mucho más eficientes. El primer paso será la presentación de informes obligatorios sobre el uso de energía y las emisiones de los centros de datos que superen los 500 kW. Para ello deberán aportar información sobre superficie, potencia instalada, volúmenes de datos, consumo de energía, utilización de calor residual o uso de agua, entre otros parámetros.
Precisamente, éste es un tema que se abordó durante el encuentro organizado por enerTIC.org. Y es que la monitorización en tiempo real de los parámetros principales de los CPDs puede suponer una forma de mejorar la eficiencia energética de estas instalaciones. Además, se mencionaron otras medidas destacadas como utilizar energías renovables que reduzcan la dependencia de combustibles fósiles y eliminen las emisiones de carbono; disminuir el número de servidores físicos mediante la virtualización para reducir el consumo de energía y el espacio requerido; optimizar el uso de la energía mediante tecnologías avanzadas de refrigeración como el enfriamiento de los chips de los servidores; y poner en marcha estrategias para reutilizar y aprovechar el calor de los centros de datos.
Todos ellos, según los asistentes al encuentro, son retos importantes a los que hay que hacer frente; pero también hay otros que tampoco se deben dejar de lado. Uno de ellos consiste en avanzar en la gestión y la monitorización de los datos, facilitando su análisis para así extraer conclusiones y tomar decisiones en tiempo real, profundizando también en la disponibilidad de la información.
Pero nada de esto tendría sentido si no se avanza en la concienciación de los empleados. Hay que atraer y retener el talento consiguiendo que participen en el proceso de gestión del cambio en el uso de estas infraestructuras, puesto que, si no se hace así, no se podrán conseguir los objetivos establecidos. Por tanto, se les deben formar, acompañar en el proceso y explicar los beneficios del cambio hacia la transición energética y la transformación digital para que ésta sea un éxito. Y lo mismo sucede con los proveedores.
Hacia la transformación digital
Afortunadamente, ya se están produciendo avances en este ámbito, tanto desde el punto de vista de las administraciones públicas como de las empresas privadas. Un ejemplo de ello es el plan de medidas de ahorro y eficiencia energética que tiene en marcha la Administración General del Estado y las entidades del sector público institucional estatal.
El objetivo con él es racionalizar el uso de edificios e instalaciones administrativas y establecer formas de organización en el trabajo que propicien ese ahorro. Entre las medidas destaca el establecimiento de horarios de encendido y apagado de edificios o el refuerzo del trabajo a distancia. Para ello, por supuesto, es fundamental avanzar en la transformación digital de las administraciones.
Y lo mismo sucede en el sector privado, que también está apostando por la innovación en el ámbito de las infraestructuras tecnológicas para conseguir aumentar la sostenibilidad de sus instalaciones y mejorar la eficiencia energética. Para ello, se están centrando en incorporar la Inteligencia Artificial a sus procesos para ser más eficaces en sus mediciones y mejorar el procesamiento de la información.
Ahora bien, según los asistentes al encuentro, para que todo esto se desarrolle adecuadamente hacen falta ayudas y subvenciones. En este sentido, los fondos Next Generation de la Unión Europea suponen una buena oportunidad para abordar grandes proyectos de transformación digital de las infraestructuras tecnológicas para hacerlas más sostenibles y energéticamente eficientes.