Cuando hablamos de Cloud, generalmente hay tres elementos clave: la soberanía de datos, la soberanía de software y la soberanía operativa. A estos factores clave habría que añadir un cuarto componente fundamental: la sostenibilidad. Y es que las empresas de TI también deben velar por el cuidado del planeta. El rápido crecimiento de los volúmenes de datos y, en consecuencia, el número de centros de datos para almacenar y procesar datos repercute en un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, la industria de TI es responsable de casi el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Pero si aplicamos la sostenibilidad, como el empleo de la electricidad verde en las infraestructuras tecnológicas, podemos obtener resultados significativos. La asociación digital Bitkom prevé que una industria digital sostenible podría ahorrar hasta 64 millones de toneladas de CO2 solo en Alemania. En este contexto, las empresas que no apuesten por tecnologías con enfoque sostenible perderán competitividad y se alejarán de las obligaciones legales y las expectativas de los clientes. Siendo más precisos, los proveedores Cloud que no ofrezcan servicios sostenibles en los próximos cuatro o cinco años están abocados a la desaparición.
Diversos estudios han demostrado que los centros de datos a gran escala utilizan la energía de manera más eficiente que los centros de datos locales. Sin embargo, se necesitan pautas de sostenibilidad para definir centros de datos, plataformas y modelos operativos sostenibles. Para avanzar al unísono y en la misma dirección, la Unión Europea ya ha marcado su hoja de ruta con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Además, está promoviendo inversiones y directivas para proteger el planeta.
Estas iniciativas también tienen su impacto en los centros de datos, entre ellas el «Código de conducta de la UE para la eficiencia energética en los centros de datos o el «Pacto para la neutralidad climática de los Data Center». A ellos se une el plan climático de la UE “Fit for 55”, que tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2 en, al menos, un 55% para 2030 y desarrollar un índice de sostenibilidad para los centros de datos.
Con estas perspectivas, los proveedores Cloud deben actuar para poner la sostenibilidad en el centro de su estrategia de negocio, marcarse objetivos realistas y avanzar para lograr centros de datos de energía neta cero. Y no solo a nivel empresarial, sino pensando en los clientes que buscan proyectos sostenibles y eficientes. Analistas de Gartner estiman que la huella de carbono será uno de los criterios más importantes para la selección de servicios en la nube para 2025. Y este futuro está a la vuelta de la esquina.