Un sistema eléctrico tiene que ser lo suficientemente flexible para suministrar en cada instante lo que solicita la demanda y esto requiere de recursos que realicen esa tarea de equilibrio entre la demanda y el suministro.
Los requerimientos de flexibilidad han sido aportados históricamente por las propias centrales eléctricas de generación, y las principales fuentes de variaciones e incertidumbre provenían de la demanda y de los fallos en los equipos. Actualmente, es necesaria la incorporación de nuevos recursos que aporten flexibilidad al sistema eléctrico tales como reequipamientos de plantas existentes, participación de las renovables variables en los servicios complementarios, generación distribuida despachable o interconexiones de sistemas, entre otros.
Todas estas medidas y herramientas de flexibilidad garantizan la disponibilidad de la infraestructura y de la carga, y sirven para llevar a cabo una gestión más eficiente de los trabajos programados en red y una mejor resolución de incidencias. Tanto para la operación como para la planificación, la flexibilidad es necesaria para hacer un uso más eficiente de la red eléctrica.
El rol de la tecnología geoespacial en la flexibilidad eléctrica
Los sistemas de información geográfica (GIS) están teniendo un papel muy relevante en la forma en que se gestionan y se planifican los sistemas eléctricos actualmente en todo el mundo ya que permiten a las empresas eléctricas mapear con precisión sus redes eléctricas, lo que supone un mayor grado de flexibilidad en las operaciones del sistema eléctrico.
Estos mapas detallados de sus redes eléctricas, con información específica sobre la ubicación de las líneas eléctricas, las subestaciones, los transformadores y los interruptores, pueden incluir también información adicional sobre las características de la red eléctrica, como la capacidad de la línea y la carga de energía.
Al tener una visión completa de la red eléctrica, las compañías del sector pueden tomar decisiones informadas y oportunas sobre cómo operar. Por ejemplo, si una línea de transmisión tiene un fallo, la tecnología GIS permite a los operadores identificar rápidamente la ubicación del problema y coordinar la reparación. Asimismo, los operadores podrán identificar las rutas alternativas para la transmisión de energía, lo que reduce el tiempo de interrupción en la red eléctrica y supone un ahorro de costes.
La tecnología geoespacial también es fundamental para el mantenimiento preventivo del sistema eléctrico. Las empresas eléctricas pueden utilizar la tecnología GIS para planificar el mantenimiento de la red eléctrica, identificando las áreas que necesitan una atención especial y prediciendo posibles fallos en el sistema.
En definitiva, la tecnología geoespacial ayuda a las empresas eléctricas a mejorar su capacidad de respuesta y adaptación ante los cambios en la demanda de energía y las interrupciones en la red eléctrica. Asimismo, mantiene una red eléctrica segura y confiable gracias a la precisión y disponibilidad de la información.