La Universidad de Sevilla y la empresa de base tecnológica WoodSwallow han suscrito un convenio de colaboración para la creación de la Cátedra del Internet de las Cosas (IoT). El objetivo de esta es la promoción de actividades docentes y de investigación vinculadas al IoT y a la gestión de la energía. Con esta nueva cátedra, la US ya ofrece 37 cátedras de empresas.
La Cátedra del IoT será un espacio de colaboración dedicado a la realización conjunta de actividades relacionadas con la formación, la divulgación y la innovación en colaboración con profesionales de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, en especial con los del Departamento de Ingeniería Electrónica.
En el acto de la firma del convenio han estado, entre otras personalidades, el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, el director general de WoodSwallow, Manuel Álvarez, y el catedrático Antonio Jesús Torralba, miembro del departamento de Ingeniería Electrónica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la US y director de la cátedra.
El rector ha recordado que “Internet de las Cosas no proporciona únicamente una ayuda personal ya que el mundo de la industria, del comercio, de las finanzas, se está transformando, se digitaliza y se dota de inteligencia para hacer frente a los nuevos retos y la Internet de las Cosas es el motor habilitador de estas tecnologías que están transformando el mundo, y cuyo exponente más significativo es la Inteligencia Artificial”.
Para Castro, la Universidad de Sevilla “ve reconocido en está Cátedra el elevado nivel tecnológico e investigador de sus grupos universitarios, y en especial de su Escuela Técnica Superior de Ingeniería”. En este contexto, ha expresado su satisfacción por el protagonismo de la ETSI y ha elogiado la figura del director de WoodSwallow, egresado de la US, quien “es un ejemplo claro de empresario que devuelve a la sociedad, multiplicado, lo que ésta le ha proporcionado, y es un también ejemplo para otros jóvenes egresados mostrando un camino de éxito, fomentando la excelencia de la universidad y su capacidad de formación”. “Esta Cátedra es una oportunidad para que los estudiantes y los grupos de investigación tengan un acceso directo a una tecnología con gran potencial habilitador. Para nuestra sociedad es una oportunidad de atraer talento y de acceder a mercados de alto valor tecnológico”.
Durante el acto de firma, el director de la cátedra, el profesor Antonio Torralba, ha destacado que, “tanto la Universidad de Sevilla como WoodSwallow creemos que Andalucía debe apostar fuertemente por estas industrias para ser competitiva. Debemos invertir en la formación de los estudiantes en estas áreas, creando un punto de unión entre investigación, docencia y el mercado”.
A su vez, Torralba ha recalcado que, “dentro del mundo del IoT, la medición inteligente de electricidad, de gas y de agua, son áreas que van a demandar una gran cantidad de profesionales especializados en los próximos años. En Andalucía ya existen empresas tecnológicas que están demandando ese talento como es el caso de WoodSwallow”.
Por su parte, Manuel Álvarez, ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad de Sevilla y fundador de WoodSwallow ha señalado que “el valor del IoT no solo reside en la conexión de los dispositivos, sino en los nuevos servicios y modelos de negocio que facilita (agricultura de precisión, fabricación 4.0 o movilidad inteligente son algunos ejemplos). En concreto, una de las industrias más beneficiadas del IoT será la energética, donde medición y comunicaciones son herramientas fundamentales para impulsar la eficiencia energética y, con ello, combatir el cambio climático”.
Asimismo, Álvarez ha explicado que la compañía cuenta en Sevilla con un equipo de cerca de 50 ingenieros de hardware, software y negocio con amplia experiencia en el campo de la medición inteligente de energía (la mayor parte egresados de la Universidad de Sevilla).
El contexto actual de la energía es cada vez más complejo e incierto, provocado por diversos factores internos y externos como la transición energética, el cambio climático, la digitalización o la escalada de los precios del gas y la electricidad (en parte provocada por la crisis del COVID-19 y la reciente invasión de Rusia a Ucrania). La convergencia en el tiempo de estos factores tensiona la transición del sector hacia un modelo más sostenible y eficiente.