Lo anterior, conduce a la necesidad de aportar y gestionar recursos de forma masiva, impulsado la aplicación de soluciones basadas en la innovación y la tecnología para afrontar este reto.
Gestionar eficientemente los recursos energéticos en las ciudades resulta fundamental, para con ello garantizar un suministro sostenible, seguro y asequible de energía, así como reducir las emisiones de gases contaminantes a la par que promover la resiliencia ante los desafíos que se plantean en el plan Horizonte 2030, afrontando con ello el cambio climático y la cada vez mayor escasez de recursos.
Estos problemas son apremiantes; por ello la administración debe promover los servicios necesarios para evitar que las ciudades colapsen, innovando y aprovechando las tecnologías a su alcance, estableciendo el marco adecuado para incentivar la inversión del sector privado. No en vano, empresas tecnológicas y operadores de telecomunicaciones, han invertido de manera notable en el despliegue de tecnología y redes móviles que permitirán la implementación de redes privadas que posibiliten la gestión de los servicios municipales de un modo eficaz.
El despliegue de redes privadas, así como el desarrollo de la tecnología network slicing, que permite flexibilizar las redes 5G creando subredes virtuales, constituirán un factor clave y determinante para ofrecer capacidades específicas aplicables a cada requerimiento en tiempo real. Esto hará posible gestionar de forma eficaz y segura la recogida y análisis de un ingente volumen de información, que tratada de forma agregada, permitirá proponer acciones que de forma automática y considerando el conjunto de variables y potenciales escenarios, faciliten la adopción de soluciones que contribuyan conjuntamente a un equilibro en todos los aspectos (medioambiental, energético, logístico…).
La inteligencia artificial, implementada en base a una mayor capacidad computacional habilitada en el extremo de la red (edge-computing), aportará un factor diferencial frente a los tradicionales modelos conocidos hasta el momento, fundamentados en redes de sensores y actuadores, al facilitar la predicción de circunstancias relacionadas con la gestión de los recursos y la sostenibilidad.
Lo anterior, facilitará aspectos como la identificación de patrones de consumo eléctrico ineficiente en infraestructuras y vías de comunicación, predicción de la calidad del aire monitorizando las posibles fuentes de contaminación, detección de fugas en redes de distribución además de una gestión eficaz de los recursos hídricos, gestión de la movilidad urbana, recogida inteligente en base a identificación de áreas con altos niveles de generación de residuos, e incluso permitirá una planificación urbanística sostenible, empleando para ello datos demográficos, geoespaciales y ambientales que nos permitirán identificar la mejor ubicación de zonas verdes o el trazado de nuevas vías de comunicación que permitan un resultado final alineado con la confluencia de todos los parámetros de sostenibilidad y eficiencia.
También es fundamental el establecimiento de normas, que regulen a la par que habiliten de manera responsable, el uso de la tecnología, de modo que pueda elaborarse una estrategia de desarrollo, priorizando el bien común y facilitando la transparencia para reforzar la confianza de la ciudadanía.