La digitalización incide en todos aquellos aspectos que tienen que ver con el conocimiento, con la capacidad de disponer de datos y poder procesarlos, con la toma de decisiones informada, con la inteligencia distribuida. Es solo a través de la digitalización y las tecnologías asociadas que disponemos de la capacidad de análisis para mejorar la eficiencia energética, reducir desplazamientos, reordenar el territorio o gestionar los recursos naturales, las instalaciones, los edificios…
Y en la base de todo ello se encuentra la conectividad, las redes y servicios, sin las que todo ese flujo de datos e información no estaría disponible. Por eso es tan importante alcanzar los objetivos de conectividad establecidos en la agenda España Digital 2025.
Antes de marzo de 2020 ya trabajábamos para impulsar una transformación digital justa e inclusiva que acabara con las brechas digitales territoriales y sociales, la crisis sanitaria del COVID-19 ha elevado esos objetivos en la agenda social.
La respuesta europea coordinada para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, que se han concretado en los fondos europeos de recuperación, nos dan la oportunidad de llevar a cabo las transformaciones necesarias que nos permitan salir reforzados de esta crisis y la transformación digital es una de ellas. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia prevé una inversión de 20.000 millones de euros —un tercio de los fondos totales— para impulsar la transformación digital.
Las tecnologías de la información y la comunicación contribuyen de manera significativa a acelerar el cumplimiento de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Pero si hay dos factores tecnológicos especialmente relevantes para la digitalización, sin duda son la conectividad y el 5G.
En conectividad, el Plan de Recuperación prevé una inversión de 2000 millones de euros para alcanzar un objetivo muy concreto: en 2025 el 100% de la población española contará con cobertura de banda ancha de alta capacidad, para que ningún ciudadano quede excluido de la esfera digital.
Por lo que se refiere a la quinta generación de tecnología móvil, 5G, su importancia radica en que no solo permitirá que otras tecnologías puedan desarrollar todas sus capacidades sino que, como habilitadora del internet de las cosas, propiciará un cambio hacia una economía descarbonizada, con escenarios de producción y servicios altamente automatizados. El Plan de Recuperación prevé una inversión hasta 2023 de 1500 millones de euros para su impulso.
En el sector de la movilidad empieza a vislumbrarse el impacto que tendrá la tecnología 5G: es un elemento tractor de un nuevo modelo de transporte multimodal, automatizado y descarbonizado. El despliegue de 5G en los corredores de transporte favorecerá la transición verde al mismo tiempo que la transformación digital de elementos centrales de nuestra economía como son el transporte, la automoción y la logística.
La conectividad, la tecnología 5G y, en definitiva, el impulso de la transformación digital nos proporciona una palanca para asegurar un crecimiento más duradero, más inclusivo, más sostenible para España y contribuirán de forma notable al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Los recursos que nos proporcionan los fondos del Plan de Recuperación son una oportunidad para transformar nuestro país a través de la tecnología.