Durante las últimas semanas, todos hemos aprendido que ante una crisis sanitaria, lo primero es proteger a las personas minimizando la expansión del virus y tomando las medidas adecuadas para aplanar la curva de contagio de forma que no se produzca la saturación del sistema sanitario mientras se descubre una vacuna que permita inmunizar a la población.
En paralelo, es crítico salvaguardar el empleo y la competitividad de los negocios, no sólo dando una respuesta a las organizaciones y empleados afectados por el estado de alarma, sino también preparando el regreso a la “nueva normalidad” con seguridad.
La situación actual en Europa es de estado de alarma generalizado y en concreto en España, el Gobierno ha optado por una parada temporal de la actividad empresarial no esencial, vinculado al confinamiento de la población con el objetivo de reducir el número de contagios. El impacto del COVID-19 sobre el PIB en España es todavía muy incierto y se estiman caídas en 2020 entorno al 8,5%, dependiendo de la duración del confinamiento, el tiempo de parada de la actividad industrial, los potenciales rebrotes del virus y la eficacia de las políticas de estímulo.
En el impacto sobre el sector energético en España, las previsiones son de alta incertidumbre y de volatilidad de precios, con previsión del barril de petróleo Brent por debajo de 50$ durante todo 2020, con una recuperación de los 85$ a finales 2021, y una reducción de la producción mundial del 23%. Desde la perspectiva de la previsión demanda de LNG, se estima una caída del 9% en Gas-to-Power en 2020 y de menos del 1% para el uso doméstico. La caída de la demanda eléctrica durante el periodo de confinamiento ha sido en torno al 10-20% y el precio del pool de electricidad se ha reducido en un 49% hasta los 27€/MWh con respecto a abril de 2019.
En el mercado bursátil mundial, la cotización media de las compañías de Oil&Gas ha caído un 37% durante marzo con un mayor impacto sobre las energéticas que cuentan con poca diversificación en renovables y otros negocios ligados a la transición energética. Las compañías de Power&Gas han sufrido una menor caída, en torno al 19% de media.
En base a un análisis de diferentes escenarios de propagación de los contagios y de efectividad de las políticas de estímulo económicos, estimamos para España, como escenario más probable, una recuperación en forma de U-larga donde el ritmo reproductivo básico del virus se reduce en 2-3 meses y los estímulos económicos permiten la vuelta al crecimiento del PIB en 2021 evitando daños estructurales.
Actualmente nos encontramos en la fase de resiliencia (Fase 2) acercándonos rápidamente a la fase de recuperación para la segunda mitad de 2020 (Fase 3):
Fase 1 de “Reacción”, donde se afrontan rápidamente las medidas requeridas para dar respuesta a los desafíos que representa el COVID-19 para empleados, clientes y Partners con el objetivo de estabilizar el negocio.
Fase 2 de “Resiliencia”, con el objetivo de garantizar la continuidad del negocio mediante la ejecución de acciones a corto-medio plazo para optimizar el cash management, reduciendo los costes e inversiones no esenciales y estableciendo protocolos para asegurar la operativa de los activos críticos (generación, transporte, distribución, atención al cliente, IT,…).
Fase 3 de “Recuperación”, con el objetivo de construir un plan detallado de recuperación del negocio que permita un despliegue rápido basado en el seguimiento continuo de “triggers” de mercado, epidemiológicos y macroeconómicos, con el objetivo de poder adelantarse a los competidores.
Por último, la Fase 4 de “Re-Invención”, re-imagina el negocio dentro de una nueva normalidad (los cambios en el mercado, cliente, regulación, operación,…) con el objetivo de construir una organización más resiliente y capaz de aprovechar las nuevas oportunidades de negocio.
Para afrontar la crisis sanitaria-económica y navegar en un entorno incierto, se requiere un gobierno corporativo ágil con capacidad de tomar decisiones rápidas. El Rapid Response War Room es el mecanismo de actuación durante la crisis con una doble visión: dotar a la compañía de capacidades de análisis de entorno y ejecución que garanticen la continuidad del negocio; así como prever los cambios en el mercado y la demanda para aprovechar las oportunidades en la recuperación.
Informe completo: Everis-Informe Impacto COVID-19 en el sector energético y plan de recuperación