¿Qué papel juega la tecnología en conseguir instituciones/ciudades/industrias/centros de datos más eficientes energéticamente hablando?, ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?
Durante décadas hemos creído que las fuentes de energía tradicionales eran inagotables y que siempre encontraríamos más depósitos de gas y petróleo. Pero ni las fuentes son inagotables, ni podemos asumir indefinidamente la factura que supondrá para generaciones cada vez más cercanas, el legado de contaminación en forma de huella de carbono que nuestras industrias está dejando en el planeta.
Afortunadamente, existe una creciente conciencia social de que este panorama debe cambiar. Un cambio de mentalidad que ha de ir acompañado de decisiones inteligentes a la par que valientes para conseguir transformar el modelo energético actual de nuestras industrias, ciudades, instituciones y de la sociedad en general. Este cambio de mindset, ya en marcha, hay que concretarlo en acciones concretas. Y aquí es donde entra en juego la tecnología. La buena noticia es que tenemos un repertorio creciente de tecnologías que nos permiten la adopción progresiva de nuevos modelos energéticos que permitan llevar a cabo dicho cambio.
Hay múltiples tecnologías y tendencias interesantes en el campo de la eficiencia energética. A mi juicio, son dignas de seguir con interés las tecnologías de cogeneración, la valorización de residuos y el hidrógeno verde.
¿Cómo se puede lograr un despliegue eficiente de las tecnologías?
Es imprescindible avanzar en tres frentes de forma simultánea. Por una parte, se precisa una importante tarea de concienciación social sobre la necesidad de este cambio, que abarque desde el responsable de la implantación hasta el usuario. Si no tenemos una concienciación transversal, fracasaremos. En T-Systems contamos con un sólido posicionamiento y visión empresarial en este sentido, trabajando de forma conjunta y desde todos los ámbitos y departamento de la compañía para impulsar la transformación que dé lugar a nuevos modelos operativos más eficientes.
Por otra parte, la legislación debe promocionar que las empresas adopten estas tecnologías con unos plazos de tiempo razonables. Finalmente, y para que no solo se adopten las tecnologías energéticamente eficientes por reacción sino, por interés propio, es preciso complementar la legislación con una política de incentivos que recicle las decisiones obligadas en atractivas.
¿Qué personas cree que deben estar implicadas en estos temas (CIO, COO, CEO…)?
Lógicamente, este tipo de estrategias precisan una involucración conjunta de las organizaciones, liderada por los principales decisores. Desde la dirección, a las operaciones, a los sistemas de información deben impulsar las políticas de actuación, con visiones largoplacistas, que permitan una adopción eficiente, sostenible y rentable de las tecnologías que doten a las empresas de competitividad energética.
Una estrategia organizativa clara y bien orientada pero que no esté alineada con las estrategias de sistemas y operaciones estará condenada al fracaso del mismo modo que iniciativas voluntariosas desde determinados departamentos de la empresa que no cuenten con el aval de la dirección se quedarán, irremisiblemente, en un simple brindis al sol.
¿Considera que se puede mejorar la posición competitiva de las organizaciones con la implantación de Tecnologías de la Información y Comunicaciones? ¿y en lo referente a competitividad energética?
Decididamente sí y creo que es algo sobradamente probado en las últimas décadas. La competitividad, entre otros factores, pasa por la adopción valiente -pero justificada- de las TIC. La tecnología nos permite la realización más eficaz y eficiente de tareas que permiten centrar los recursos humanos en tareas de verdadero valor añadido. En T-Systems somos conscientes de esto y reforzamos conceptos imprescindibles en las organizaciones como time to market, just in time, customización, diferenciación, que van indefectiblemente ligados a la competitividad y que tienen su aliado imprescindible en la tecnología; algo que también se está revelando en la innovación tecnológica asociada a la eficiencia energética.
¿Cómo le gustaría ver a España, energéticamente hablando, en el año 2030?
Como a todos, nos gustaría verla bien posicionada, encabezando el liderazgo internacional; y considero que está bien situada para conseguirlo. Por conciencia social y por predisposición de los agentes sociales involucrados (administraciones, empresas, etc.). Para lograr este hito, no podemos perder ni un minuto. Aún estamos inmersos en una grave crisis derivada de la pandemia, pero hemos de verlo no como un hándicap, si no como una imperante necesidad para salir de ella.