A menudo se piensa que el logro de cero emisiones netas de carbono es un concepto de diseño “moderno”, cuando en realidad existe desde hace largo rato. Podría incluso argüirse que las construcciones previas a la Revolución Industrial se acercaban más a este valor que las actuales. Sin embargo, desde hace 100 años los diseñadores, ingenieros y constructores han dedicado sus esfuerzos a alcanzar este cero neto. Descubre cómo los innovadores y los acontecimientos actuales —desde Buckminster Fuller y la crisis energética en el Oriente Medio a Architecture 2030— han inspirado la actitud energética vanguardista del hoy.
¿Qué concepto de diseño moderno se usaba mejor hace 200 años de lo que se hace hoy en día? Las cero emisiones de carbono.
Un edificio con cero emisiones de carbono se construye para equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero que produce la energía tradicional. Actualmente, esto implica, en primer lugar, reducir el uso de energía para minimizar la cantidad de emisiones de carbono asociadas y, a continuación, usar energía renovable y posiblemente adquirir créditos de carbono para alcanzar un punto de equilibrio, revestir los edificios para aprovechar la luz natural y la ventilación durante el día junto con energía solar capturada que proporcione calor por la noche, usar el diseño para reducir la energía y la tecnología que hace falta para crearla. Esta estrategia de concesiones mutuas es lo que permite llegar a las cero emisiones de carbono.
Se podría argumentar que, antes de la Revolución Industrial, los edificios ya estaban más cerca de las cero emisiones de carbono de lo que están hoy en día. La luz y el calor artificial provenían en gran medida de la quema de biomasa y el aire fresco procedía de la ventilación natural. Los sistemas mecánicos no se usaban ampliamente, por lo que, de forma natural, los edificios estaban más cerca del punto de equilibrio, ya que no añadían tanto carbono atmosférico nuevo neto. Sin embargo, y a pesar de las necesidades energéticas actuales, diseñadores, ingenieros y constructores trabajan desde hace más tiempo del que podría pensarse en conseguir llegar a las cero emisiones netas.
En 1933, el arquitecto e inventor Buckminster Fuller desarrolló la casa Dymaxion, una casa prefabricada que se podía montar en menos de dos días. El diseño del techo permitía dirigir el aire caliente hacia arriba y el aire frío hacia abajo: un sistema de aire acondicionado totalmente natural. Al igual que la casa Dymaxion fue un concepto muy avanzado, la influencia más importante de Fuller fue su idea de conectar la arquitectura a la ecología y el entorno.
La inestabilidad y el conflicto que surgió en Oriente Medio en los años 70 propiciaron que los precios del petróleo se cuadruplicaran, lo que obligó a cambiar la forma de consumir energía a un modelo más conservador en toda una región petrolera del mundo. Como los costes energéticos se dispararon, los líderes gubernamentales e industriales comenzaron a preocuparse por la dependencia económica de los combustibles fósiles.
En 1998, el Green Building Council de EE. UU. creó el Energy and Environmental Design (LEED), un sistema de clasificación del uso de materiales, agua y energía para los edificios de nueva construcción. LEED evolucionó hacia un programa de certificación vital para grandes edificios emblemáticos y convirtió el diseño sostenible en un concepto vertical entre los arquitectos.
En 2002, el arquitecto Ed Mazria fundó Architecture 2030, una organización sin ánimo de lucro que pretende conseguir que los edificios que se construyan sean neutros en emisiones de carbono en el 2030. El Instituto Americano de Arquitectos siguió esta propuesta con la Agenda 2030, una plataforma que se encarga de examinar los progresos que se hacen en el sector para conseguir los objetivos del Reto 2030. En 2006, el Living Building Challenge mejoró los estándares de edificación y su rendimiento de sostenibilidad. Para conseguir la certificación Living Building, los edificios deben alcanzar el consumo de energía neta cero.
En 2008, comenzó la construcción de la Masdar City, en las afueras de Abu Dhabi: una ciudad satélite con cero emisiones de carbono que se utilizaría como un centro de desarrollo e investigación para la tecnología ecológica. En este momento, la fecha de finalización de la ciudad se ha pospuesto más de una década, pero la Masdar City sigue englobando una visión esperanzadora.
En 2014, el Bullitt Center de Seattle anunció que era energéticamente sostenible: generaba casi el doble de energía de lo que requería mientras que consumía tan solo una cuarta parte de la energía de un edificio similar. El edificio comercial de seis plantas con 52.000 pies cuadrados fue diseñado por Miller Hull con la intención de ser uno de los edificios más sostenibles del mundo gracias a la ayuda de paneles solares y sistemas de recogida de aguas pluviales.
En 2015, casi 200 países, incluidos todos los mayores emisores de gases de efecto invernadero, se comprometieron a cumplir el Acuerdo sobre el clima de París, un pacto para reducir la contaminación que afecta al clima a lo largo del tiempo. Con objetivos similares, en 2019, la Comisión Europea creó el Pacto Verde Europeo (European Green Deal), un conjunto de iniciativas que aspira a conseguir la neutralidad climática en Europa en el 2050. Estas ambiciosas propuestas reavivaron el espíritu de activismo en el sector público y cambió el discurso a un cambio a gran escala.
Ahora que tan solo nos separa una década del 2030, Architecture 2030 creó un nuevo desafío que incluye estructuras de mayor altura. El objetivo: cero emisiones de carbono en el entorno de fabricación para 2040.
Si bien sigue siendo una declaración de aspiraciones, la intención de conseguir edificios con cero emisiones de carbono es un importante estándar por el que luchar. Para ello, la tecnología se convierte en una herramienta que logra cubrir las necesidades energéticas de la sociedad a la vez que se reduce la huella de carbono. Este enfoque innovador se seguirá utilizando como guía hasta alcanzar el objetivo de cero emisiones de carbono. Tal y como una vez dijo Buckminster Fuller, la idea es “hacer más con menos o hacer lo máximo con lo mínimo”.
Este artículo apareció originalmente en Redshift / Autodesk Journal de Autodesk, un portal dedicado a inspirar a los líderes de la construcción, la fabricación, la ingeniería y el diseño.