El liderazgo tecnológico en el sector energético, entre otros, bajo mi opinión y visión, atraviesa un momento determinante. Las complejas dinámicas de mercado y la imperiosa necesidad de descarbonización han elevado la eficiencia y la sostenibilidad de ser meros objetivos de RSC a pilares fundamentales de la resiliencia y la estrategia de las empresas del ecosistema español. Hoy, el rol del directivo de tecnología se centra en orquestar la convergencia entre la innovación digital y la transición hacia la sostenibilidad, garantizando que la infraestructura tecnológica no solo soporte el crecimiento y la escalabilidad, sino que actúe como el motor principal de la eficiencia operativa y la toma de decisiones basada en datos.
Esta transformación requiere una visión holística donde la inteligencia de datos se utilice para asegurar el máximo aprovechamiento de cada recurso o activo. Abordar el futuro implica impulsar una cultura de la eficiencia en cada capa/estrato operativo, garantizando al mismo tiempo que las infraestructuras críticas estén blindadas ante el creciente panorama de amenazas cibernéticas. Mi visión es un camino constante hacia la excelencia, contribuyendo a un ecosistema más competitivo, sostenible y seguro y, a través de mi contribución tecnológica, posicionar a nuestra nación como un referente en la integración de soluciones avanzadas para un futuro limpio.






